Allá por el año 897, el Papa Esteban VI enjuició a su antecesor, el Papa Formoso, acusándolo de una seria de faltas contra la ley. El detalle es que Formoso había muerto 9 meses antes, cosa que no impidió que su cadáver compareciera de todas formas en su juicio. Lo desproporcionado de la acción me recuerda de inmediato a los biógrafos actuales de Disney, que no han dudado en exhumar su figura y juzgarla sin importarles que la más elemental justicia necesita del testimonio de descargo del procesado para ser realmente justicia.
Lo cierto es que el amable y siempre sonriente anfitrión de “The Wonderful World Of Color” (el mágico mundo de colores), uno de los creadores de la cultura popular de masas, autoproclamado protector de los valores familiares y un verdadero icono de la cultura en el siglo XX, tiene una lista de críticas demasiado extensa como para tomarla en serio o como para ignorarla.
A ello han contribuido sus propios actos como también sus biografías. Marc Eliot, autor de “El príncipe oscuro de Hollywood (1994), una biografía no autorizada, lo acusa de informante del FBI y de delatar a trabajadores de la industria del cine sospechosos por sus ideas políticas durante la caza de brujas del senador McCarthy. Neal Gabler a su vez publicó “Walt Disney: El triunfo de la imaginación norteamericana”, trabajo que muestra al Tío Walt como un marido indiferente y como un jefe hostigador y anticomunista acérrimo. Pero no crean que los ataques se quedan ahí. La iglesia adventista Perucci Ferraiuolo en su libro “Disney and the Bible” acusa a WD de promover la brujería, el paganismo, la promiscuidad, el consumo de drogas y la homosexualidad. Y no se olviden de los ataques desde el lado político que por supuesto ven en Disney a la punta de lanza de una penetración cultural imperialistas dispuesta a convertirnos en autómatas obedientes coronados por gorros con orejas de ratón.
¿Espantados? La lista completa de acusaciones realizadas contra el fundador de la más grande industria de entretenimiento infantil (capaz de comprar sin perturbarse una cadena de TV como la ABC por 19 mil millones de dólares) generara de por sí la envidia y la polémica, por eso su vida entera es cuestionada y la empresa que lo sobrevive es centro de análisis, reflexión y criticas dignas de un argumento para una película con dosis de magia y miseria.
La historia oficial
Oficialmente, Walt Disney fue inscrito en el juzgado de Chicago el 5 de diciembre de 1901, siendo el cuarto hijo de Elías y Flora Disney. Su padre era un inmigrante irlandés de escasa fortuna en los negocios que mantenía a su familia en precariedad al no contar con un trabajo constante y era muy amigo de embarcarse en negocios fabulosos que rara vez funcionaron, por eso, él y sus hermanos tenían que participar en el sostenimiento de la familia. Así, un muy joven Disney trabajó como cartero, vendedor de maní y vendedor de periódicos.
Según lo que el propio Disney le contó a su hija Diane, ganó sus primeros centavos dibujando una ilustración para una bodega. Al parecer, la atracción que tuvo por el dibujo desde muy pequeño lo ayudó a sobrellevar una niñez solitaria y bastante dura.
Sin embargo, para el obispo Arias en el libro “Spanish roots in América”, así como para Carlos Almendros en “Mojácar, corner of enchantment", Walt Disney no nació en el norte de América sino en España, y su nombre real seria José Girau. Su madre fue la española Isabel Zamora y su padre el doctor José Guirau, que murió al poco tiempo de nacer su pequeño hijo. Al ser un hijo extramatrimonial y siendo la España de esa época un país ultra conservador, Isabel Zamora se vio obligada a viajar a América. Ahí, el niño fue adoptado por la familia Disney. Por lo tanto el verdadero lugar de nacimiento de Walt Disney sería Almería, España.
Marc Eliot tiene otra versión. Sostiene que la señora Zamora viajó a California en busca de nuevos horizontes, y ahí conoció a Elías Disney, con quien mantuvo amoríos. Del fruto de dicha relación nació un niño. No obstante, siendo el padre un miembro prominente de la iglesia fundamentalista, la separación de la esposa y de sus tres niños resultaba imposible, por lo que decide adoptarlo como hijo matrimonial. Hacia 1940 llegaron a Mojácar tres hombres que decían ser representantes de Disney y buscaban el certificado de nacimiento de José Guirao Zamora, nacido en Mojácar en 1901. Decían que José Guirao y Walt Disney eran la misma persona. ¿El resultado de su pesquisa? Nulo. Los documentos de aquella época habían sido destruidos durante la guerra civil española.
En contra de estas teorías está el hecho de que la famila Disney a duras penas se mantenía con tres hijos como para adoptar un nuevo niño, y para desvirtuar la teoría de que los Disney tuvieron problemas para procrear más hijos está el hecho de que posteriormente el matrimonio tendría una nueva niña. Viendo las fotos uno no percibe diferencias notables entre Walt y sus hermanos, pero aun así hay una acta de nacimiento inscrita en 1891 a nombre de un Walter Disney , diez años antes del supuesto nacimiento de Walt el 5 de diciembre del 1901, que es la fecha donde nace Raymond Arnold Disney, su hermano mayor. Por otro lado, dentro de la familia efectivamente había una ama de llaves española que se mantuvo en la familia durante 35 años. Cuando muere su padre, Walt de la llevó con él.
Lo que sí es cierto es que la Disney era una familia que sufrió apuros económicos permanentes y Walt fue un niño bastante hostigado, al punto que muchas veces corría a refugiarse con su hermano Roy.
Quién sabe que quizás -a partir de estas injurias- el pequeño albergara la fantasía de que efectivamente era un hijo adoptivo, por eso, con las dudas instaladas, el tema de la búsqueda de su verdadero origen fue aprovechado por John Edgar Hoover, responsable del FBI en 1940, para convertirlo en informante a cambio de que él averiguase su origen verdadero. Un reflejo más de esta incertidumbre se avizora en el tema recurrente de sus películas, en las que usualmente el guión gira en torno a la familia, la pérdida y el reencuentro de la misma. Así, Bambi pierde a su madre, a Dumbo lo separan de la suya, Peter Pan es el rey de los niños perdidos, Pinocho trata de ser un niño real para su padre, y siguen algunos otros ejemplos más, ¿Cuánto de esto fue reflejo de lo que sentía realmente Disney?.
Hay una anécdota crucial que puede dejar en claro esta situación:
“Antes de dejar la casa paterna en 1912, Roy le enseñó al pequeño Walt a defenderse de su bestial padre ("Cuando te vaya a pegar, deténle el puño con una mano y mírale a los ojos"). Walt amó siempre a ese joven que, con la espalda cruzada por los cinturonazos, abrazaba al temeroso niño de ocho años y lo mecía hasta que se dormía y se hundía en sus sueños.”
Proximo post:
Disney ,¿ratón o rata?
Javier Prado
LaNuez
Este hombre ha marcado como pocos una época en la vida de todos los seres humanos. La vida podría verses también como antes de Disney y después de Disney. Su legado debe ser, sin lugar a dudas, de los más valiosos de todos los tiempos.
ResponderBorrarGracias por hacerme recordar que aún hay un niño en mi.
Un saludo desde Pueblo Libre