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viernes, 4 de junio de 2010

Entrevista a Laura Vázquez Hutnik



Por Gabriel Zárate (*)

Complicada labor la de sintetizar en pocas líneas el vasto y sobresaliente perfil de Laura Vázquez Hutnik: Doctora en Ciencias Sociales, destacada investigadora académica sobre historietas, catedrática de la UBA, autora del flamante estudio “El oficio de las viñetas: la industria de la historieta argentina”, editado por Paidos este 2010, coordinadora general del Congreso Internacional de Historietas: Viñetas Serias (23-25 de septiembre del 2010) y además, en sus ratos libres, guionista de historietas. La destacada y sexy intelectual porteña tuvo la gran gentileza de concedernos esta extensa entrevista sobre Viñetas Serias y la historieta argentina contemporánea.

Viñetas Serias y la investigación académica sobre la historieta:


Me imagino que la idea organizar de este Congreso no es reciente ¿Como decidiste por fin asumir el reto de la conducción de un evento de tal magnitud e importancia? ¿Cuáles son las condiciones actuales que por fin han hecho posible un suceso de tal envergadura?

Bueno, en rigor, la idea del Congreso Internacional de la Historieta surgió a partir de una propuesta que Luciano Brom y Thomas Dassance de "Viñetas Sueltas" (http://www.vinetas-sueltas.com.ar)/ me hicieron a propósito del festival de este año. La magnitud y reconocimiento que en las ediciones pasadas tuvo este evento llevó a que Thomas y Luciano pensaran en la necesidad de sumar un espacio dedicado a la reflexión y análisis del medio. Yo había participado siempre como espectadora en los eventos y confieso que la organización y gestión no es mi fuerte. No obstante, y en calidad de "visitante" ya me había picado "el bichito" de hacerle una propuesta al colectivo de Viñetas.

Disfruté y admiro la labor que lleva a cabo esta Asociación Civil integrada por Thomas Dassance, Luciano Brom, Salvador Sanz, Ernán Cirianni, Javier Suppa, Alex Otto Zaiser, Mathieu Baillif (Ibn Al Rabin), Cecilia Salguero, ¡espero no olvidar a nadie! Me consta que el esfuerzo es tremendo y no podrían hacerlo sin un clima de buena onda, amor por la historieta, inteligencia e idoneidad a la hora de conseguir recursos y organizar un programa distinguido. Hace años que asisto a eventos (un poco porque mis años de doctoranda así me lo demandaban y otro porque soy parte de lo que aquí llamamos “ambiente”) y puedo asegurar que Viñetas Sueltas es otra cosa: no es sólo un evento de historietas. Los resultados están a la vista: el Festival tuvo una concurrencia fabulosa. Así que coincidimos en intereses. Nos reunimos en casa y nació la idea de un Congreso Internacional, previo a la apertura oficial del Festival. De esta manera, se aprovechaba que muchos de los concurrentes que viven afuera o en el interior del país pudiesen asistir también al Congreso.

Dado que dirijo un proyecto en la Universidad de Buenos Aires sobre Artes Secuenciales y había organizado un Coloquio sobre Humor e Historieta en la ciudad de Córdoba, el grupo se armó casi solo. Convoqué para que formasen parte del colectivo de Viñetas Serias a algunos investigadores que ya habían trabajado conmigo en otros espacios: publicaciones, congresos, jornadas. En cada caso, prioricé los intereses académicos y de investigación. Conozco qué trabaja cada uno y me pareció que una iniciativa de este tipo les aportaría a sus proyectos personales. Sobre todo, porque algunos de ellos están escribiendo sus tesis doctorales o de maestría sobre temas vinculados directamente a la historieta y el humor gráfico. Poner en relación las investigaciones en proceso de distintos investigadores del área me parece una tarea urgente. Lamentablemente, cuando escribí mi tesis, lo hice prácticamente en soledad. No hay otra manera de crecer que intercambiando ideas y sacando las investigaciones "a la calle". Así que espero que nos sea útil a todos.

Ya hemos lanzado la convocatoria para los ponentes y varios conferencistas están confirmados, entre ellos: Oscar Steimberg, Jorge Montealegre, José Emilio Burucúa. Las bases y condiciones para participar están aquí: http://www.vinetas-sueltas.com.ar/congreso Es importante decir que si bien el Congreso es académico y sigue las reglas del campo, las charlas son abiertas al público y nuestro objetivo es que asistan y participen todos aquellos que tengan interés en reflexionar críticamente. Pensar la historieta "seriamente" es la consigna final. ¡Esto no significa, claro está, que el evento no sea divertido! Creemos que es importante que el debate y el intercambio funcionen como vectores de una aspiración más amplia: sentar las bases para que la historieta y el humor entren a la academia pisando fuerte y no con la timidez de un lenguaje menor.

Laura, en lugar de estudiar la historieta en forma autónoma, se ha elegido optar por examinar sus vínculos “como documento de época” en “la historia de la cultura” y su recepción en la sociedad. ¿Porque se escogió este procedimiento sociológico?

Buena pregunta. Mi formación doctoral es en Ciencias Sociales y no puedo dejar de pensar mi objeto, podría ser la historieta como cualquier otro tema, en articulación directa con la sensibilidad de una época. No me interesa la historieta por fuera de su contexto. Por eso es que los trabajos puramente semióticos sobre el medio, no sólo no me impresionan demasiado sino que hasta me aburren bastante. Cuando termino de leerlos me pregunto: pero este señor que analiza el humor gráfico durante el nazismo, por ejemplo, ¿qué me dice acerca del nazismo? ¿Cuál es su aporte para comprender la historia y la sociedad?

Personalmente, me importa la historieta en tanto medio y lenguaje privilegiado para indagar la sociedad. Ello no significa que deje a un lado el análisis estético, todo lo contrario. Es apasionante poner en dialogo el arte y la política, la estética y el mercado. En definitiva, se trata de trabajar en el marco de la historia de los medios y la historia cultural. Siguiendo el planteo de Raymond Williams, si toda sociología de la cultura es necesariamente una sociología histórica, me interesa inscribir a la historieta (en tanto texto, documento) en esa perspectiva de análisis.

¿El valor estético de la historieta no estaría subordinando su importancia frente al contexto histórico-social de su producción y consumo en el escenario de la cultura de masas? ¿La hegemonía de lo político–ideológico sobre lo lúdico-artístico, no atenta contra su consolidación como de noveno arte?

Yo creo que no, que arte, mercado y política son variables complementarias y complejas en el campo de la historieta. Eso hace del lenguaje, un medio interesante. Ya desde sus inicios la construcción de la historieta como objeto conlleva una operación contradictoria. Cuando Oscar Masotta designa al medio “Literatura Dibujada” nombra el espacio de una tensión conflictiva. La reivindicación de una supuesta “marginalidad” del medio y su estatuto de “género menor” encierra una pretensión de legitimidad, antes que su oposición a los parámetros que impone una cultura con mayúscula. La pregunta ya no es si la historieta es baja o alta, porque eso sería seguir discutiendo estupideces.

La reconstrucción del oficio del historietista en el país, por ejemplo, me permitió relevar que las dimensiones del arte y del mercado están constantemente presentes en las prácticas y subjetividades que adoptan los profesionales. La cuestión política se cruza permanentemente allí. Entiendo que ello está en articulación con el horizonte de expectativas y las condiciones de producción vigentes en otras zonas de la industria cultural argentina. Y particularmente, durante los años de oro de la industria...en donde la historieta, además todo lo que es, suponía una posibilidad de ascenso social. No es poco.

En la última década ¿qué avances percibes en campo de la reflexión teórica especializada sobre el estudio de historietas? ¿Dirías que se está intensificando el interés académico por la investigación de historietas?

Sí, totalmente. Se ha intensificado en parte porque las reglas académicas así lo permiten. Hoy día podes ser investigador del CONICET (http://www.conicet.gov.ar/), tener un sueldo medianamente digno para vivir en la Argentina y dedicarte toda tu vida a la reflexión teórica sobre las artes secuenciales. Lindo, ¿no? Por supuesto que ello implica una apuesta grande en términos de formación en el campo. En este momento, dirijo varias tesis de grado y postgrado sobre humor gráfico e historietas y en varias ocasiones, esos trabajos son publicados en medios especializados o circulan en congresos científicos.

Se ha intensificado el estudio del medio porque hay más investigadores jóvenes que accedemos a la carrera académica. Preguntarse por qué diez años atrás no había tesis doctorales de historieta es una falacia ¡Hace diez años había poquísimas tesis doctorales en Ciencias Sociales! Entonces, el hecho de que la carrera de investigación en sociales sea relativamente reciente abre las compuertas a una "nueva generación" (aquellos que tenemos entre 30 y 40 años) de doctores y profesores que podemos dedicarnos a ello. En los sesenta o setenta y es el caso de Masotta o el mismo Steimberg, el motor movilizador no era una beca doctoral o de maestría...sino las propias inquietudes e intereses personales. Eso hacía, posiblemente, que los trabajos fuesen tan lúcidos y eso hace, también, que haya una diferencia central entre la figura del intelectual y la del académico. Difícilmente me imagino a un intelectual llenando planillas e informes del CONICET sin entrar en colapso...pero esta es otra discusión.

El Congreso no está solo restringido para los investigadores argentinos, hay una generosa apertura a los vecinos sudamericanos ¿Cuáles son las expectativas que despierta la presencia de ponentes de otros países?

Las expectativas son muchas…las posibilidades, limitadas. Planeamos obtener financiación el año próximo para invitar a algunos colegas latinoamericanos, pero en lo inmediato carecemos de recursos económicos para hacerlo. De todas formas, auguramos que vendrán muchos especialistas del medio y que con voluntad podremos gestionar algunas cosas. Por ejemplo, cartas de invitación oficial para que los investigadores puedan ser traídos por sus universidades o institutos de trabajo. También estamos buscando el modo de cubrir el costo de alojamiento...pero insisto, es un esfuerzo "a pulmón" el que hacemos. El cobro de inscripción sólo nos permite solventar los gastos mínimos: afiches, programas, memorias del Congreso...Al ser la primera edición, todo está por hacerse. Eso tiene ventajas y límites, como cualquier inauguración.

Por otra parte, creemos que será productivo vincularnos con otras tradiciones y trabajos de América Latina. Personalmente, lo veo como una tarea urgente. La falta de intercambio en este aspecto, es crítica. Por ahí, tenemos conocimiento de lo que un belga o un norteamericano escribe y hay relativo acceso a ediciones francesas, españolas. En mi biblioteca, confieso, carezco de material sudamericano. El modo en el que reconstruí la historia de la historieta argentina no fue vinculándome con la historia del medio en América Latina y sí, en cambio, tuve en cuenta y leí muchísimo sobre el desarrollo de la historieta en Europa y EEUU. No fue una cuestión de pereza intelectual. Son materiales que no circulan en la Argentina. Creo que el Congreso va a permitir que los investigadores del área, al fin, tengamos un primer contacto, un paso pequeño y certero hacia la formación de un campo.

Laura, este año es peculiar para ti, por la aguardada publicación de tu libro “La industria de las Viñetas” que te ubica en una posición hegemónica en la reflexión teórica sobre las historietas en Argentina. ¿Qué nuevos retos en el campo de la investigación te has impuesto? ¿Y cómo percibes a tu generación respecto a los ilustres que los precedieron, como Oscar Masotta y Oscar Steimberg?

En la Argentina, la historieta como objeto de estudios cobra visibilidad en el último tramo de la década del sesenta. Fundamentalmente de la mano de Oscar Masotta, la Bienal en el Di Tella y la revista LD. Es un momento de fuerte imbricación entre el campo profesional y el artístico. Son hitos fundacionales. Dejan marca en las investigaciones que le siguen y fundan escuela. Hoy es imposible referirse a la reflexión teórica de la historieta eludiendo esas referencias. Pero el hecho que la historieta entre a la academia al término de su edad dorada, genera costos altos. Creo que recién en la actualidad y de manera muy incipiente todavía hay intereses editoriales e institucionales que permiten vislumbrar un cambio de curso.

Quiero decir, si llegas con tu tesis sobre historieta a una editorial, nadie va a salir espantado. Si propones armar un Congreso, pedís financiación a la universidad o gestionar una revista científica sobre historieta, nadie te va a señalar con el dedo. No digo que hace una década esto ocurría, pero sí te miraban raro. Los colegas más conservadores todavía tienen esa postura, estudias "dibujitos" y por lo tanto "estás en la pavada". Es posible que tu mirada, por lo tanto, sea despolitizada y bla bla...me sentí juzgada en su momento, pero por suerte, las perspectivas retrogradas de la academia no me hicieron mella, todo lo contrario, me provocaron aún más. Hasta hace unos años, era habitual llegar a un congreso académico, presentar tu paper científico sobre no sé, "El Eternauta" y recibir miradas displicentes o sonrisas socarronas. Esto es, en gran medida, porque la academia sigue siendo muy pacata. Pero por otro lado, y lo más preocupante, ello ocurre porque la ignorancia sobre el tema es descomunal.

A excepción Fontanarrosa o Copi, el mundo de la historieta les resulta totalmente ajeno a la mayoría de los académicos. Me ha pasado infinidad de veces, estar conversando con un colega y darme cuenta que manejábamos niveles de información muy distintos. Y entonces, es difícil crecer en tu investigación cuando no tenés con quiénes intercambiar impresiones, reflexionar sobre tu objeto de estudio. Sería más fácil estudiar cine, literatura, televisión o periodismo... Sucede que me gusta la historieta y encuentro en su análisis no sólo un campo vacante en las ciencias sociales sino un desafío para intentar movilizar cierto anquilosamiento intelectual. Todavía me gusta sentir que cuando obtengo una beca de formación o publican alguno de mis artículos y me preguntan por el tema, más de un investigador frunce el ceño. Esa irritación me estimula. Soy consciente que es pura y torpe subversión, pero me hace sentir joven en edad y en pensamiento. Y al fin de cuentas, eso marca la diferencia.

Actualmente, estoy comprometida con una investigación "biográfica". Se trata de un ensayo sobre la vida y obra de Copi, en un interés por abordar su producción gráfica antes que su obra teatral y narrativa. Por supuesto, en Copi, es imposible entender su arte en compartimientos y una y otra vez, el análisis de sus historietas me lleva a leer sus obras teatrales. La autorreferencialidad es fuerte en toda su producción. Por otro lado, estoy comenzando con la producción (aunque el proyecto va lento todavía) de un trabajo sobre Dante Quinterno y García Ferré. Es mucho lo que tengo por delante y todavía no me animaría a lanzar hipótesis en este sentido. Lo que puedo decir, es que las investigaciones actuales me resultan más que estimulantes y como sucede cada vez que comienzo una investigación...me "enamoro" de mi objeto nuevamente. Ello lleva su tiempo y cuando sucede, es un flechazo imposible de eludir. Me obsesiona, por lo menos, por unos cuantos años.


Este Congreso podría marcar historia, ser un punto de inflexión ascendente para propulsar el permanente incentivo de los estudios sobre historieta: ¿Lo percibes como la coronación de tus años de esfuerzo, de denodado trabajo consagrado a la investigación?

Bueno, creo que es el momento óptimo para realizar este tipo de emprendimientos pero no sólo como esfuerzo individual. Somos varios los que venimos trabajando en el campo y no lo veo para nada como una coronación individual. Sí, el libro u otros proyectos que encaro personalmente, pero el Congreso más bien, lo vivo como una fiesta colectiva en la que un grupo de "locos" queremos juntarnos a discutir sobre el medio. A pelearnos un poco y pensar en las condiciones de posibilidad del lenguaje. Mi intención es que funcione como cimiento de otros proyectos y programas. Todo a su tiempo.


La reflexión volcada en el ensayo humanista, de cautivante lectura y dirigida al gran público, que personifica Juan Sasturain, pero que carece de la rigurosidad científica y de la críptica terminología teórica, en tú opinión: ¿Qué importancia tiene en los estudios sobre la historieta?

Fundamental, son los cimientos sobre los que caminamos. Sobre todo los trabajos de Sasturain, personalmente, me gustan muchísimo. La inteligencia de Sasturain es envidiable. No carece de rigurosidad, no lo creo...que no maneje las reglas de la academia, es otra cosa. Pero son trabajos muy serios los de Juan, ¿no? Lo que intenta la academia, y muy recientemente, es polemizar con ciertas visiones globales y panorámicas para reconocer la necesidad de inscribir el análisis de la historieta en contextos históricos amplios y con criterios metodológicos definibles y explícitos.

El problema del método se revela con toda claridad. ¿Cuál es el método más idóneo para analizar el campo de la historieta? El análisis científico por decirlo de algún modo, “llega tarde”. Mientras que otras áreas de investigación de la imagen produjeron ya una serie de reflexiones de largo aliento, la narrativa dibujada es una zona desatendida frente a otras series de trabajo. Por otra parte, se percibe cierta tensión ¿no? Me refiero a que al no haber reglas tan precisas, ciertas producciones se mueven a dos aguas, entre el discurso teórico, el periodismo cultural y el anecdotario autobiográfico. No es el caso de Sasturain, para nada. Si bien estos trabajos son importantes porque construyen una memoria de las publicaciones, autores y personajes, la mayoría de los casos no escapa a la descripción nostálgica y cándida de un “tiempo mejor”.

¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrenta un investigador de historietas?: ausencia de financiamiento, dificultad en el acceso a las fuentes primarias, insuficiencia de bibliografía previa, falta de interés del mundo académico, etc.

En efecto, la falta de políticas públicas y privadas atenta contra la producción pero también esa misma falta de políticas es la que provoca, muchas veces, que las estrategias de la investigación nos lleven por caminos novedosos e inesperados. Gracias a la búsqueda de una revista inhallable en las bibliotecas públicas, me he encontrado con coleccionistas y autores a los que jamás hubiese accedido en otra circunstancia. Ese camino sinuoso que supone el trabajo de investigación es agotador y placentero, al mismo tiempo.

Si todo estuviese “servido en bandeja” no sé si los resultados serían tan interesantes, ¿no? Pienso en Francia, por ejemplo. Hace algunos meses, cuando estuve en Angouleme en el Centre National de la Bande Dessinée et l’Image me pregunté varias veces que hubiese sido de mi investigación allí. Me refiero a un lugar en el que simplemente, tenes que sentarte en tu escritorio, pedir un café y estudiar bajo una hermosa lámpara los originales de prácticamente cualquier parte del mundo. Y creo que sigo eligiendo revolver las mesas de saldo en Corrientes, viajar dos horas para que me presten una revista de Hora Cero cuidadosamente guardada en una bolsita de celofán...y creo que sigo eligiendo eso que me gusta tanto y que Bourdieu describe tan bien: hacer de la necesidad, virtud.

Después de años de parálisis, en el último lustro, hay una fiebre sudamericana por impulsar festivales, coloquios, encuentros, conversatorios y ferias sobre historieta. ¿A qué responde este reciente renacer regional? ¿Cómo explicas este fenómeno? ¿Viñetas Serias se inscribe en este revitalizado entusiasmo colectivo por la historieta?

Totalmente, Viñetas Serias se inscribe en este movimiento, que no sé si asume la forma de "fenómeno" pero estoy segura que aquieta las aguas. Con eso, ya es más que suficiente, por ahora. Lo interesante es que estos encuentros ya no se dan simplemente bajo una reunión de fans y amantes del medio que comparten de tanto en tanto un interés común, lo cual es súper sano y está bárbaro, pero el medio venía pidiendo “algo más”. No sólo las mesas de firmas de autores y los dibujantes en vivo realizando su obra…algo más que palmaditas en los hombros.

(*)Esta entrevista fue originalmente publicada en el blo de Gabriel Zárate, "El lector de Historietas"

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