"Los animadores son observadores y psicólogos. Son actores que habitan personajes desde el exterior. Son físicos e ingenieros; primero estudian cómo las cosas se mueven en el mundo real, y luego encuentran la manera de representarlo en el terreno de lo artificial. ¿Cómo rebotar una pelota de futbol cuando golpea el suelo? ¿Cómo funciona la caída de nieve en un día de viento? Cuando se frota el ojo, ¿cuánto tiempo se tarda en reposicionarse correctamente en su posición? "
Charlie Kaufman
Anomalisa es una película estadounidense de animación stop motion del 2015, dirigida por Charlie Kaufman y Duke Johnson. Se trata de una comedia dramática para adultos escrita por Kaufman y basada en una obra de teatro que él mismo escribió bajo el seudónimo de Francis Fregoli. La película cuenta con las voces de David Thewlis, Jennifer Jason Leigh y Tom Noonan.
Recibió el Gran Premio del Jurado del Festival Internacional de Cine de Venecia de 2015, después de su presentación en el Festival de Cine de Telluride el 4 de septiembre.
Una película que ha destacado desde su estreno con un argumento mas complejo del que usualmente rodea al cine de animación, Anomalisa habla de la condición humana y el stop motion se convierte en un megáfono para señalar sus contradicciones.
Hace poco su director Charlie Kaufman escribió una carta abierta reflexionando sobre la animación en general y el stop motion en particular. Una carta inspiradora que los acercara al trabajo arduo y bello de la Animación.
Anomalisa
por Charlie Kaufman
La animación es un análisis en profundidad, es la exploración del momento-a-momento de espacio y tiempo, de movimiento, tanto conscientes como inconscientes, de la gravedad, del clima, del material, de la acción y la reacción. Uno se pregunta, ¿cómo es que una hoja que cae difiere de una persona que cae? Se ve en lo que hago con mis manos cuando estoy preocupado, cómo mantengo mis hombros mientras espero, hacia dónde ven mis ojos ven cuando estoy triste. Se pregunta, ¿cómo me coloco en relación con alguien a quien amo? Los animadores son observadores y psicólogos. Son actores que habitan personajes desde el exterior. Son físicos e ingenieros; primero estudian cómo las cosas se mueven en el mundo real, y luego encuentran la manera de representarlo en el terreno de lo artificial. ¿Cómo rebotar una pelota de futbol cuando golpea el suelo? ¿Cómo funciona la caída de nieve en un día de viento? Cuando se frota el ojo, ¿cuánto tiempo se tarda en reposicionarse correctamente en su posición? Eso es lo que exploramos en Anomalisa.
Lo que más me gusta respecto a la animación stop motion es que debes encontrar la manera de lograr esta simulación en el espacio real y en el tiempo real. Una camisa lanzada hacia una cama tiene que ser suspendida en varias posiciones en el espacio. ¿Cómo usar una secadora? Todos los diferentes tipos de animadores necesitan comprender esa trayectoria, pero sólo los animadores stop motion tienen que hacer la simulación del movimiento en un espacio real, aunque la habitación y la cama sean pequeñas, son tangibles y reales. Tiene que ser iluminado de manera real, aunque con luces pequeñas, Si el objeto tirado en la cama es lo suficientemente pesado –una maleta o una persona, por ejemplo– la cama tiene que reaccionar ante el peso. Tal vez el objeto tiene que rebotar un poco después de aterrizar. ¿Cómo sería rebotar? ¿Hacia arriba y hacia abajo? ¿Desde qué ángulo? El animador debe conocer todo eso. Toda esta acción tiene que ser desglosado en fotos fijas; 24 de ellas por un segundo de tiempo de pantalla. Estar involucrado en Anomalisa me ha hecho más atento y más reflexivo sobre el movimiento. Veo a la gente caminar y me pregunto lo que dice esa acción acerca de ellos. Me doy cuenta de los gestos. Presto atención al movimiento acelerado de las hojas del árbol que está fuera de mi ventana. Trato de entender cómo se podrían simplificar los movimientos aparentemente casuales, pero efectivamente representados. Me doy cuenta de que todos estamos en constante movimiento, en relación con los demás, revelando inconscientemente nuestros secretos, nuestros miedos, nuestras atracciones y repulsiones, conscientemente tratando de ocultarlos, protegernos, hacernos menos obvios, menos vulnerables.
Stop motion es un método antiguo de animaciónn, tal vez anticuado. Y eso me encanta. Me encanta que se hace a mano y que las “huellas digitales” de los animadores se mantienen presentes en la película terminada. Usted puede ver su presencia en la pequeña charla de la ropa y el pelo, en la torpeza ocasional de un cuerpo de silicona que se resiste a ser trasladado en una determinada posición. Estos son los defectos que hacen cantar al stop motion.
Lewis Hyde escribió un poema titulado “This Error is the Sign of Love” [Este error es el signo del amor] que resuena mucho conmigo. Comienza:
Este error es el signo del amor,
la grieta en el hielo donde las nutrias respiran,
la lágrima que salva a un hombre del poder,
la nube de humo soplado por la chimenea una mañana, y la
viuda suspira y renuncia a su soledad,
las líneas transpuestas en la voluntad por lo que la viuda debe esparcir
monedas desde el acantilado en lugar de ceniza, y se casa
una vez más, para el amor,
el mutismo de los amantes que les obliga a dejar en paz
mientras que envía a su primera sesión pálida como una cebolla
brotación en la despensa,
este error es el signo del amor.
A medida que avanzamos hacia una sociedad cada vez más virtual, encuentro consuelo y comodidad en la práctica, la imperfección humana del proceso de stop motion. Es para mí un tanto doloroso y hermoso. Las imperfecciones de los seres humanos que crean estas obras son las que producen esos sentimientos en mí. Y, por extraño que tal vez parezca, debido a esto, estas marionetas me hacen sentir más conectados con aquellos aspectos dulces de nosotros como seres humanos.
fuente: EF
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