Como la gracia presidencial fue realmente un mal chiste, y el ahora malhado indulto terminó solo siendo un procaz insulto del ministro de injusticia al sistema anti corrupción. El Pobre Pastor maltrecho ha quedado; su médico le ha diagnosticado, huacha floja, cojuditis aguda y un keiko atorado.
Eso si, que no indulten por favor, no vaya ser que la "gracia" funcione otra vez y tengamos no solo Pastor para rato, sino un primer ministro que ya huele a quemado.
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