En 2005, como millones de otros estadounidenses en los últimos años, los cineastas Ron Clements y John Musker fueron despedidos, y perdieron sus empleos en Walt Disney. El dúo había producido varios éxitos de la compañía, entre ellos "La Sirenita" y "Aladin", pero en esos momentos el tipo de animación dibujada a mano en la que se especializaban no estaba de moda y la animación por computadora favorecida por su entonces competidora Pixar Animation Studios causaba furor.
Una entrevista de The Wall Street Journal
En 2006, Disney compró a Pixar por US$7.400 millones, y el co fundador de Pixar, John Lasseter, tomó el control de Disney Animation y trajo de vuelta a Clements y Musker para hacer "La Princesa y el Sapo". La nueva película dibujada a mano, un cuento de hadas situado en Nueva Orleáns cuya protagonista es la Princesa Tiana, la primera princesa negra de Disney, se puede ver ya en algunos cines de Estados Unidos y se estrena de manera general el 11 de diciembre.
Para hacer la película, el dúo tuvo que sacar estaciones de trabajo especiales para la animación a mano de una bodega donde un colega amante de la animación tradicional los había colocado después de que sus jefes en Disney le dijeran que los tirara. Clements y Musker hablaron con el WSJ sobre su despido y cómo volvieron a la cúspide.
En nuestro país "La princesa y la Rana" sera estrenada el 25 de Diciembre, en el mundo las criticas y taquillas han respaldado a etsa pelicula hecha a mano como la mejor pelicula animada del 2009, como lo destacara la revista Time.
The Wall Street Journal: Con esta película, se ha hablado mucho sobre la recuperación de la animación a mano. ¿Qué tiene la animación dibujada a mano que no tenga la animación por computadora?
Ron Clements: La animación a mano y los decorados a mano tienen un poco más de aspecto mágico, de riqueza y detalle. Es bastante romántico. Parecía lo correcto para esta historia…no se trata tanto de que una sea mejor que la otra, sino de que son diferentes y hay espacio para las dos. ¿Por qué es una acuarela mejor que un óleo? Es bueno que tengamos las dos.
WSJ: Hace un par de años, la animación dibujada a mano no estaba de moda y os despidieron de Disney.
Musker: Así fue, en efecto.
WSJ: Cuénteme un poco como se sintieron cuando eso ocurrió, qué pensarons sobre el arte de la animación dibujada a mano y su futuro.
Clements: Sin duda para nosotros fue un poco desalentador ver lo que estaba pasando. No sólo para nosotros personalmente, porque nos encanta el medio. Como director hay otras oportunidades, ya que dirigir una película digital no es tan diferente como dirigir una película dibujada a mano. Pero para el arte de la animación a mano en sí fue muy triste verlo desaparecer. Las destrezas requeridas [por la animación a mano] tardan mucho tiempo en adquirirse, y son destrezas que se pueden perder.
Ciertamente, la manera en que Disney hace películas animadas es muy particular y se establecen relaciones de mentor y estudiante en las que todo el mundo aprende de los veteranos. Aprendimos lo que sabemos de los Nueve Viejos [los animadores clave que trabajaron en algunas de las primeras películas de Disney] que trabajaron con Walt Disney. Nos pareció un poco miope por parte del estudio que dejaran esa práctica de lado…era algo demasiado valioso como para que desapareciera tan rápidamente.
Musker: Hay toda una generación de niños que nunca han visto una película animada de esta manera en la gran pantalla. Será la primera vez para muchos niños que han visto este tipo de películas, pero sólo en DVD.
WSJ: Antes de que saliera la "La Princesa y El Sapo", debido a que tiene a la primera princesa afroamericana de Disney, había mucha especulación sobre cómo sería presentado el personaje. ¿Prestaron atención a lo que se dijo? ¿Y cuánto cambió el personaje durante el proceso de desarrollo?
Musker: Para cada película con la que tratamos, hacemos reescrituras del guión durante el curso de la película. Cambiamos los nombres de los personajes, partes de la trama cambian. En esta película, a medida que avanzábamos más y más, nos dimos cuenta de que era una ocasión de suma importancia, y eso supuso un nivel extra de sensibilidad.
Clements: Contamos la historia a gente negra del equipo, trajimos a gente de fuera para escuchar su opinión. Queríamos ser sensibles. Y trabajamos con Rob Edwards, que fue nuestro co escritor para la película, quien también trabajó en "El Planeta del Tesoro", que es afroamericano y aportó su propia sensibilidad al proyecto.
Musker: Nuestro guión adquirió más enfoque. Hubieron correcciones a medio camino, pero no giros de 180 grados.
LaNuez
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