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CÓMIC. Novela gráfica de Hernán Migoya
EL ESCRITOR Y CINEASTA CATALÁN PRESENTA EN LIMA “OLIMPITA”, UNA HISTORIETA SOBRE LA VIDA DE BARRIO LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y LA MIGRACIÓN
Por: Enrique Planas
Muchas cosas pueden pasar en un año. En la rutinaria vida de Olimpita García García por ejemplo, algo perturba su jornada laboral en la Abacería, el mercado tradicional del barrio de Gracia donde filetea y vende pescado. Ass, un senegalés sin papeles, recién llegado a Barcelona, le estimula sentimientos que creía olvidados. Quiere ser amada, y ser respetada, además. Cosas que no encuentra en su relación con Carmelo, su esposo, hincha incondicional del Barza y su regular agresor.
No se crea que Olimpita es una santa. Es víctima, sí. Pero también puede devolver los golpes con una furia que sorprenderá al lector. Sin embargo, a pesar de que esta mujer puede hacer cosas terribles, se hace querer. “Yo siempre me pondré del lado de la mujer”, aclara el escritor catalán Hernán Migoya, quien se encuentra en Lima para presentar con el auspicio del Centro Cultural de España una novela gráfica que ha despertado gran entusiasmo en España. “Me gusta ese método pasivo-agresivo de Olimpita; es algo muy femenino que me encanta. Pretendía que la gente entendiera su postura, aunque no fuera justa”, explica.
Las primeras páginas de “Olimpita”, notable novela gráfica con guion del autor español y dibujos del valenciano Joan Martín, pareciera contarnos una historia de denuncia social. Sin embargo, conforme avanza la historia, el lector advertirá la trampa: en las historias ficticias que tranquilamente podrían ser reales, no hay buenos ni malos. Solo gente que vive triste y sola, a quienes no se les puede pedir guardar lealtades. “Más allá del bien y del mal, al final lo que cuenta no es la justicia o la injusticia, sino la agenda personal de cada quien, la manera como uno cree que va a sobrevivir mejor”, señala.
“Cuando hay un “mensaje”, los autores la pifiamos”, advierte Migoya. “Caemos en el cliché cuando pretendemos que haya una moraleja que el lector debe aprender. Creo que si jugamos en contra de eso, encontraremos algo interesante”.
¿Cómo encaja esta brillante historia de migración, xenofobia y violencia doméstica en una obra como la de Migoya, inclinada más hacia la sátira agresiva? El polémico autor de “Todas putas” reconoce el imprescindible papel jugado por el dibujante Joan Marín. “La verdad es que sin él el libro no sería lo que es. Transmitió toda la atmósfera de Barcelona tal como era necesario, y confirió a los personajes ese equilibrio de empatía y libre albedrío que los hace imprevisibles y al mismo tiempo cercanos al lector”, dice.
“Olimpita” —confiesa Migoya— era un reto personal, un proyecto que lo llevará a territorios no explorados anteriormente. Y para escribirla, apeló a sus recuerdos de infancia, cuando los migrantes eran otros: los pobres del interior de España. “Olimpita” nace como proyecto al darme cuenta de que todos en Barcelona creen que la migración es un fenómeno nuevo”, explica el escritor.
Resultaba irónico ahora, pero recuerdo que, cuando era niño, los ferrocarriles que unían Barcelona con las poblaciones de cercanías estaban llenos de andaluces, chavales muy barriobajeros que asustaban a los catalanes “puros”. Ahora, el ferrocarril está absolutamente repleto de africanos y latinos, y quienes se sienten amenazados son aquellos pobladores provenientes de Castilla y Andalucía que ya se sienten catalanes. Por no hablar del Metro, que es un lugar absolutamente babélico. No sé si llamarlo una mezcla, pero la migración es un proceso que nos ha juntado a todos”, reflexiona.
En su descripción de las complejas descripciones humanas, en “Olimpita” se advierte cómo cada migración es enfrentada de forma distinta. “En verdad, fue en el Perú donde sentí el racismo por primera vez, ese condicionamiento, esa conciencia de la raza de las personas. El problema en España viene por el lado de la xenofobia, que tampoco tiene direcciones únicas. De hecho, creo que actualmente en España hay mucha más contra los rumanos que contra los latinos o los mismos africanos”, explica.
¿Y cuál es la razón para la xenofobia? Para el autor, gran parte de la rabia contra el extranjero nace por el temor de perder el trabajo. “Ese es el gran miedo de la clase baja. Y también es el gran argumento idiota para reprimir a los inmigrantes”, finaliza Migoya.
LA PRESENTACIÓN
Cuándo: Jueves 5 de febrero, 7:30 p.m.
Dónde: Librería Ksa Tomada, Avenida Conquistadores, 1238. San Isidro. "
LaNuez
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