El dibujante, escritor, académico y marqués de Daroca ha muerto en Madrid a los 93 años
Ayer 3 de abril falleció en Madrid a los 93 años el gran humorista gráfico Ángel Antonio Mingote Barrachina,que para efectos de la fama , el humor y la vida siempre será recordado como MINGOTE, murió como viven los artistas del pincel y el lapiz, en actividad solo un cáncer hepático pudo alejarlo de su tablero de dibujo pero seguro se dará maña para seguir dibujando desde donde este. Sus restos son incinerado hoy 4 de abril, en el madrileño Cementerio de La Almudena, el diario ABC donde siempre trabajó escribe una amplia reseña que puede leerse AQUÍ.
"Fue el gran cronista de la historia cotidiana y social de España, fue un gran español", ha dicho Víctor García de la Concha, director del Instituto Cervantes, antes de entrar a despedirse del dibujante, humorista y académico.
Antonio Mingote ha fallecido a los 93 años, 59 consagrados a ABC. Dibujante, escritor, académico, marqués de Daroca, un ser de luz admirable. Nadie derramó tanto prodigio en vida. Nadie fue tan generoso con el prójimo.
Murió rodeado de lo suyos: su alma y esposa Isabel Vigiola, su hijo Carlos, su nieto Pablo... su familia, a la que adoraba. Dios ha llamado a su reino a su Ángel Antonio Mingote en la tierra. La vida le ha vencido en el Hospital Gregorio Marañón, donde llevaba ingresado desde hace unos días, y se despertó un par de veces para despedirse de los suyos.
Hoy, el pueblo de Madrid, la gente a la que él historió y quería como nadie, le brindará un multitudinario y emotivo último adiós en la capilla ardiente que se instalará esta tarde a las 19 horas en los Jardines de Cecilio Rodríguez, en el Parque del Retiro de Madrid. La capilla volverá a abrirse mañana (entre las 10 y las 19 horas) y, tras el cierre, Mingote será incinerado en una ceremonia íntima y familiar.
Antonio Mingote era un extraterrestre que amerizó desde la constelación Trabaja, Idiota, y No Pares.
—Jajaja. Sí, ¡qué barbaridad! Pues tendré que parar. Ya me parará, supongo, la fisiología. De un momento a otro, de un momento a otro, pero bueno; es lo que toca...
Hace meses, le importunábamos en su sanctasanctorum:
—¡Buenos días, maestro!
—Ya ve, aquí me tiene, atado al duro banco. ¡Hasta que el cuerpo aguante! Acérqueme la grabadora.
—¿Por qué don Antonio?
—Es que antes tenía una voz de barítono... y ahora una voz de ¡gilipollas!
fuente ABC