Tarantino apadrina el reestreno de Get your dirty hands off me, un filme marcado por el infortunio
Mayo no verá solamente el estreno de las últimas superproducciones estadounidenses: ése será también el mes elegido para rescatar del baúl del recuerdo una película considerada por los expertos en cine exploitation como una de las joyas de la década de los 70: Get your dirty hands off me, la película perdida (o eso se creía hasta ahora) del director Tom Gries, poco reconocido realizador artesanal, responsable de Will Penny (El más valiente entre mil), el biopic de Cassius Clay The Greatest o varios títulos de aventuras para mayor lucimiento del “action hero” Charles Bronson.
Get your dirty hands off me nació de una idea de Rod Serling y Franklin J. Schaffner, artifices del filme El planeta de los simios. Tras el gran éxito de esta película, ambos buscaron otra novela de género fantástico que pudiera ser adaptada a la gran pantalla. Fue entonces cuando toparon con la figura del entonces olvidado escritor pulp Robert E. Howard. Rod Serling lo explica en una de sus entrevistas promocionales, poco antes de su fallecimiento: “Howard nos fascinó porque, dentro de la fantasía de sus propuestas, tenía un mundo propio donde cuestionaba la naturaleza humana, como intenté hacer yo en The Twilight Zone y especialmente en El planeta de los simios. El problema residía en que sus cuentos son muy difícilmente adaptables, porque están llenos de ejércitos épicos y hechizos sobrenaturales que implican demasiados F/X, como en la saga del personaje Conan the Barbarian. Pero entonces dimos con Dark Races, un cuento sobre diferentes razas como metáfora de las diferencias de clases que podía ser perfectamente adaptado a un futuro inmediato: con pocos elementos ya resultaba espectacular”.
Los planes del tándem era que Serling escribiera el guión y Schaffner dirigiera, como ya hicieron en El planeta de los simios. Pero la repentina muerte de Serling, la primera de las desgracias que acompañaron a este filme maldito, provocó que Schaffner se desinteresara como realizador. El guión a medias acabó en las manos de dos escritores muy reputados en la novela de género ci-fi y negra, respectivamente: Richard Matheson y Charles Williams. Schaffner prefirió limitarse a producir el filme y encargó la realización a un viejo conocido, Tom Gries: “Para mí”, declararía Schaffner entonces, “Will Penny es la mejor película del Oeste que he visto nunca. Esa mezcla de aventura y dureza física que Gries otorgó a su filme es lo que necesitábamos en Get your dirty hands off me”.
Para el papel principal, la primera opción fue repetir con Charlton Heston (como agradecimiento de Schaffner, dado que gracias al apoyo de Heston se había encontrado financiación para Planet of the Apes), pero el personaje esta vez resultó demasiado joven para su ya veterana presencia. Así que se decidieron por Perry King (Curso 1984), un joven, atractivo y prometedor actor, acompañado de dos grandes presencias: la extrañamente seductora y predilecta del género, Karen Black, y el prestigioso actor inglés Frank Langella, que ya por entonces empezaba a destacar en la TV americana, gracias especialmente a sus roles puntuales en las series Mannix y Marcus Welby, MD.
Sin embargo, la producción estuvo repleta de problemas. Schaffner se asoció con dos productores europeos que ya habían trabajado con uno de los guionistas: el francés Jacques Bar (Les Félins, de René Clement) y el español José Luis Dibildos (L’armes à gauche, de Claude Sautet). Al parecer, ninguno se entendió y el rodaje, que debía plasmar unas localizaciones de tipo exótico y tropical, fue una sucesión de calamidades motivadas por la escasez de presupuesto, empezando por las carencias que ofrecían los Estudios Churubusco de México: la falta de condiciones higiénicas por aquel entonces en territorio mexicano, provocaría al equipo una infección intestinal debido a la ingestión de agua en mal estado que detuvo el rodaje durante dos semanas completas. Tras unas disputas especialmente amargas, Schaffner se desentendió de la producción, que terminó a duras penas en los más controlables Estudios Burbank, California, sin el concurso de Karen Black: harta de las incidencias, se escapó para rodar con Alfred Hitchcock la última película de éste, La trama (1976).
El filme fue editado por Gries a trancas y barrancas, con su propio dinero. Un nuevo incidente llegó cuando el atribulado director falleció antes de terminar el montaje, de un infarto mientras jugaba al tenis. La película, huérfana de timón, apenas tuvo vida comercial, hasta el punto de que su estreno fue absolutamente minoritario, apenas un par de copias en Nueva York y Los Angeles. Las críticas tampoco ayudaron, más bien hundieron una película con muchos problemas de coherencia argumental, y Get your dirty hands off me jamás se estrenó siquiera en Europa. Sin embargo, con los años, el filme comenzó a ganar adeptos incondicionales, gracias a una comercialización limitada en VHS a principios de los años 80. Hasta tal punto llegó el fervor por su contenido, que se ha convertido en el título con mayor votación en la página web IMDB, la Biblia de los fans al séptimo arte.
Desgraciadamente, tanto Dibildos como Schaffner fallecieron sin que se supiera encontrar ninguna de las pocas copias en 35 mm. de Get your dirty hands off me. Ahora, los herederos de Jacques Bar (muerto hace poco más de un año) han descubierto la existencia de un montaje supuestamente definitivo que el productor atesoraba y, tras recibir el vivo interés de amantes de la serie B como el director Quentin Tarantino o el psicomago residente en Francia Alejandro Jodorowsky, han declarado su intención de sacar a la luz dicha copia definitiva y restaurada de Get your dirty hands off me.
Quienes han visto la copia, declaran que la película es una absoluta maravilla. “La mejor película de género escapista de los 70”, ha llegado a declarar Tarantino a la revista de serie B, Scream Queens. “Es increíble, tiene todo lo que nos gusta a los fans del género fantástico: persecuciones trepidantes, un marco exótico, chicas guapas y muchos pumas”, ha dicho por su parte Bob Weinstein, el productor que está coordinando con los herederos de Bar el relanzamiento de Get your dirty hands off me, que llegará en mayo a pantallas selectas de Estados Unidos y varios países europeos, entre ellos España.
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