Los políticos en España siguen una técnica depurada de culpar al ciudadano de todos los males de la crisis. Empezaron con la consigna de que “todos los ciudadanos en España habían vivido por encima de sus posibilidades”. Se acabó ayudar al ciudadano, en el que no se puede confiar, claro, es un irresponsable. De este modo se abría la puerta a todos los recortes en los servicios públicos y las ayudas públicas a la banca que vinieron después, puesto que eran la cura necesaria al mal comportamiento del pueblo. Cuando la gente salió a la calle a protestar, enviaron a los antidisturbios (bueno, son para eso, ¿no?) a dar hostias. Después, con la ley en la mano, sacaron a la gente que se había quedado en paro y sin ingresos de sus pisos, siguiendo las órdenes de los bancos a los que habían ayudado con dinero de todos. Ahí usaron el escrache antes que la gente de a pie, los verdaderos perjudicados, empobrecidos, humillados por la crisis. Escraches y violencia de estado para proteger a los mercados, no a los ciudadanos. Hicieron caso omiso al más de millón de firmas para cambiar la ley hipotecaria (una ley al más puro estilo medieval, al que solo le falta el derecho de pernada). Ahora se ponen llorosos porque hay grupos de ciudadanos que se movilizan y salen a la calle a escrachear a políticos. Qué pena dan. Pobres políticos. Y qué malos son esos ciudadanos. “¿Para qué les dimos la oportunidad de votar?” comentan entre ellos…
Este número va dedicado a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. A ellos, todo nuestro apoyo.
Javirroyo
http://elestafador.com/
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