El libro sobre Graffitis de la ciudad se presentó este sábado en la Feria del Libro Ricardo Palma, que este año retornó a su lugar tradicional el parque Kennedy en Miraflores. Presentaron esta obra realmente divertida que recopila el ingenio que abunda en paredes, baños y otros donde se puede dejar para la posteridad la frase célebre, el cochineo, la vindicta política y hasta la reflexión filosófica. El Libro LOS TATUAJES DE LA CIUDAD . Graffiti en Lima. (Ediciones Contracultura)contó con la recopilación y fotografía de Carlos Cárdenas Castro, fue presentada por Oscar Quezada y el periodista Eloy Jauregui.
Oscar Quezada reflexiona así en el introito del libro.
Hay una actitud muy antigua en el ser humano que, en nuestra cultura, se puede remontar a los sectarios
de Bizancio, que a mediados del siglo VII destrozaban imágenes sagradas argumentando que
el verdadero Dios no debía ser reducido a una estatua o a un grabado. Se les llamó iconoclastas. El
término, por extensión semántica, se aplica al que combate ideas u opiniones instituidas.
Pues bien, los grafiteros son los iconoclastas de nuestro tiempo. El graffiti es una escritura básicamente
transgresora. Acción contra lo consagrado. Acto negado por el deber social, oficial, institucional.
El sujeto productor de esta escritura-diseño opone a aquel deber su querer decir: parece
ser alguien que estalla y que, en su explosión iconoclasta, se lleva de encuentro todas las interdicciones
sociales e imágenes sacras que salen a su paso, manifestando así sus propias atracciones
y repulsiones instintivas (más o menos racionalizadas) Se perfila, entonces, como un /yo/ que ha
estado muy contenido, muy cargado y que ha abierto una válvula por la que ha escapado la energía
expresiva y creativa de su deseo (de alguna manera) reprimido.
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La verdad no me llamo la atención el libro. Esperaba ver una selección de grafitis (o sea las imagenes) y no solo el texto.
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