Por: Enrique Planas
Martes 17 de Agosto del 2010
El tema racial en "Krazy Kat" y la propia identidad etnica del autor es algo poco tratado y que la nota de Enrique Planas comenta con acierto.
UNA GATA MUY NEGRA
Dos animales, uno blanco y otro negro, comparten amor y odio, en una fantasía de mestizaje cómicamente frustrada: A Ignacio le encanta odiar a Krazy mientras sea negra, y la ama cuando, por accidente o maquillaje, se ‘blanquea’. Por su parte, Krazy ama a Ignacio solo mientras es blanco, detestándolo si el sol o el hollín cubren su sonrosada presencia.
Ciertamente, resulta evidente que algo retorcido hay bajo el humor racial muy presente en las tiras de Herriman. En el ensayo “Los colores de Krazy Kat”, que acompañó hace una década la reedición completa de sus coloridas planchas dominicales publicadas entre 1935 y 1936, el especialista Jeet Heer demostró cómo este controvertido asunto de la mezcla racial era central en la propia vida de Herriman.
En efecto, durante su vida adulta, la raza del dibujante fue objeto de conjeturas: En 1971, el sociólogo Arthur Asa Berger hizo reescribir la biografía de Herriman al descubrir que en su certificado de nacimiento el historietista aparecía descrito como mulato, mientras que en su certificado de defunción, en 1944, era considerado caucásico.
Para Heer, es evidente que Herriman ocultó sus ancestros afroamericanos, adoptando distintas estrategias para enfrentarse a lo que su sociedad le inculcó como una herencia vergonzosa. Sin embargo, a inicios del siglo XX, su obra aportó una profunda reflexión sobre la identidad, al crear una divertida utopía en la que animales de distintos colores podían confundirse en las batallas del amor
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