Caín y Abel exploraba las contradicciones de una familia clase media, baja formada por Caín y su gemelo Abel, el primero subte, anarco y bestia, el segundo sensible, mariposón e inocente cual niña de ocho años, junto a ellos la madre que perdió un seno por el cáncer y que según Abel fue la causa por la que su hermano sea tan diferente a él, el padre un bruto que suele llegar borracho a casa y que prefiere estar fuera de ella, también esta la "Pocha Caracha" que siempre me recordó aun símbolo de los subtes de ésa época (María Teta), otro personaje destacado es el profesor de música Delboy que se quería almorzar a Abel. Cada historia de Rafo eran un despelote hilarante, por suerte a Contracultura se le prendió el foco y vamos a poder disfrutar de esta verdadera pieza literaria del humor nacional.
La presentación del libro "Caín y Abel" de Rafo León será el viernes 23 a las 8.15 pm , en el auditorio "César Vallejo" participaran el músico Daniel F. y el historietista Juan Acevedo.
Cierre: Tocada Subte con Pelo Madueño, Wicho García y Piero Bustos.
Organiza: Librería Contracultura
Aquí los dejamos con uno de los artículos , que fue subido a la red por los fans de estos personajes y que tienen un blog donde por supuesto el tema es la movida musical subte, "Caín y Abel blog".
CON LA POCHA CARACHA
Puta’on, mi vieja se quitó de viaje a Chimbote y mi viejo, oe, puta’on, se borró durante tres días del jato y, oe, sólo venía tarde para jatear porque se está cepillando a una cocha de su chamba. Puta’on, mi jato se convirtió en total liberación. Puta’on, mi vieja se quitó asadaza, tuvo que ir a Chimbote porque su hermana, puta’on, mi tía, se enfermó y mi vieja le encargó a mi mellicito Abel que hiciera de ama de casa, y el ganso no se quitó el mandil ni para cagar, choche. Puta’on, pero se armó un chongazo porque el sistema alienado no deja que los cholos punk, choche, los subterráneos, puta, hagamos el sexo libre, oe, la represión del sistema alienado quiere que todos seamos como Abel, que pagó pato por el vacilón que armamos la Pocha Caracha y yo y se cruzó con el té de cochas que él organizó y todo fue un cague de risa. Puta’on, el sábado estábamos con Flatulencia ensayando en la azotea del edificio de Menstruación Aguirre y el ensayo estaba como la puta madre, choche. Puta’on, estábamos improvisando temas sobre cómo los coches bomba son una cagada frente, oe, a lo que podemos hacer los anarquistas, y yo me había bajado tres chatas de ron y, puta’on, me empezó a entrar una arrechura mostra porque me vacila como loco computar a la Pocha Caracha cantando que la caca es vida, y, pu
ta’on, perdí el control, me cagué en el ensayo y le dije a Pocha Caracha para quitarnos a nuestro jato para seguir el vacilón. Pocha Caracha no cree en nadie y, oe, me dijo que bacán, para vengarnos de los sucios sinchis. Llegamos al jato, saqué la caleta de ron de mi viejo y subimos a mi cuarto. Puta’on, estábamos huascas y empezamos a cagarnos de risa rebuscando, oe, los cajones de Abel y pintándole trolas a sus fotos de artistas. Puta’on, después nos cayó el huayco y nos tiramos en mi catre a joder al sistema alienado. Puta’on, estábamos empezando y siento, oe, que Abelito llega de la calle cantando los nenes con los nenes. Empezamos con Pocha Caracha a cagarnos más de risa. Puta’on, no computábamos nada y le grité a Abel que subiera. Choche, llegó al cuarto y se cayó de culo al suelo, puta, franco, cuando vio a Pocha Caracha en calzón y a mí calato y al palo, choche, y peor que nos cagábamos de la risa. Puta’on, empezó a cantar cantos de iglesia y creo que se rayó porque no dijo nada más y se bajó a la sala diciendo “tías, no está mi hermano, debe haberse ido a estudiar, así que tomamos lonche nomás nosotros”. Puta’on, con Pocha Caracha nos mandamos un polvo que, oe, sonó como la puta madre, y mientras más sonaba, puta’on, abajo Abel gritaba más para que las cochas no escuchen. Puta’on, cuando acabamos el bacilón nos cayó la depre y nos pusimos a improvisar un tema nuevo para la maqueta de Flatulencia:
Puta’on, seguíamos ahuevadazos mientras abajo Abel y las tías tragaban como la puta madre y nos dio hambre. Puta’on, como estábamos chatos nos olvidamos de vestirnos y nos bajamos calatos, choche. Puta’on, ahí sí que se armó un chongo que no lo hizo ni Syd Vicious cuando se corrió la paja en un concierto. Choche, yo le di beso a todas la cochas y Pocha Caracha también y no computamos que las cochas empezaban a llorar y a rezar no sé qué huevada. Mi mellizo Abelito se rayó, choche, porque agarró las fuentes de sanguchitos y empezó a tirárnoslas encima, puta’on, gritando que iba a llamar, oe, ala DIRCOTE para que nos lleven a Lurigancho, puta, y en ese momento llegó mi viejo y, oe, hasta ahora no entiendo por qué se empezó a cagar de risa de todo y se puso a chupar con Pocha Caracha y conmigo, puta’on, mientras las cochas se quitaban corriendo y Abel pidió permiso para quedarse donde mi tía Edith hasta que regrese mi vieja…
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Puta’on, seguíamos ahuevadazos mientras abajo Abel y las tías tragaban como la puta madre y nos dio hambre. Puta’on, como estábamos chatos nos olvidamos de vestirnos y nos bajamos calatos, choche. Puta’on, ahí sí que se armó un chongo que no lo hizo ni Syd Vicious cuando se corrió la paja en un concierto. Choche, yo le di beso a todas la cochas y Pocha Caracha también y no computamos que las cochas empezaban a llorar y a rezar no sé qué huevada. Mi mellizo Abelito se rayó, choche, porque agarró las fuentes de sanguchitos y empezó a tirárnoslas encima, puta’on, gritando que iba a llamar, oe, a
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Pero al momento me repuse porque me llamaba el deber y además justo sonaba el timbre. Puse mi mejor cara, como si nada pasara y bajé a abrir. Ay, eran todas, y mi tía Normita me traía un budín para completar el té. Yo temblaba como una hoja de que el Caín hiciera alguna barbaridad, y mi espanto fue justificado porque justo cuando estábamos hablando de los colegios de los chicos, la flaca y él bajaron sin ropa y se creó el infierno. Mis tías gritaban, Yolanda le tapaba los ojos a Mery y yo perdí el control. Para colmo llegó ese hombre que es mi padre, totalmente bebido, y se solidarizó con los salvajes, tanto que se sentó con ellos a seguir bebiendo mientras mis invitados vomitaban del espanto. Con decirle, señor, que para huir del horror estoy durmiendo en el cuarto de la muchacha de la casa de mi tía Edith.
Fuente:
¡No!, suplemento humorístico del semanario Sí (Lima), Nº 29, págs. 6-7, set. 7 de 1987.
¡No!, suplemento humorístico del semanario Sí (Lima), Nº 29, págs. 6-7, set. 7 de 1987.
(*) Las ilustraciones de este artículo son de Juan Acevedo, la carátula del libro recopilatorio es de Alonso Núñez y los textos de Rafo León.
Excelente idea. nunca me perdia caín y abel. Seria interesante saber que fue de ellos 20 años despues. XDXD
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