martes, 13 de septiembre de 2005
Nicolás Yerovi
Con esta caricatura del artista Manuel Loayza aprovechamospara dar a conocer mas sobre el escritor Nicolas Yerovi , el texto a continuacion esta en el tomo 17 de la Enciclopedia Ilustrada del Perú de Alberto Tauro del Pino, editada por el diario El Comercio de Lima en el año 2001 . Y que curiosamente ya consignaba el hecho que es materia de la denuncia que hicieramos el dia de ayer y por la cual estamos pidiendo a la comunidad que denuncie con sus firmas el atropello de lesa cultura que se esta cometiendo en contra del buen Nicolas.
YEROVI, Nicolás (n. Lima, 1951): escritor. H. de Leonidas Yerovi Douat y de Carmen Rosa Díaz Torres, n. en la Maternidad de Lima el 31-VIII-1951. Inició su formación intelectual en el Col. La Salle (1958-1967); y de sus aulas pasó en 1968 a la Facultad de Letras de la U. Católica, en la cual optó los grados de Br. en Letras y Ciencias Humanas (1970) Y Dr. en Literatura y Filología Hispánica (1976) con tesis sobre La Poética en “Travesía de Extramares” y Hacia una edición crítica de “Vox Horrísona”, respectivamente consagradas a las originales obras de Martín Adán y Luis Hernández. Esta última permitió reunir y salvar del olvido la poesía dispersa de Luis Hernández, fue publicada en 1976 y 1982, agotándose ambas ediciones, dando pie a una serie de otras, antológicas, que convirtieron a este poeta en uno de los autores nacionales preferidos por las jóvenes generaciones. Incorporado a la docencia como asistente de cátedra (1969), regentó el curso de Metododlogía el Análisis Literario (1971-1972), y, en la U. de Lima, el de Lingüística e Interpretación de Textos Literarios (1972). Fue durante sus años de estudiante universitario que inició la publicación de sus libros de poemas: Mapa de agua (1971), Crónica de ciego (1973), Después del vino (el amor o la siesta) (1974), Pentrándote (1976), Quiero morir soñando (1978) en col. c. Luis La Hoz, Sol sin Dios (1982). Dejó la docencia para consagrarse a sus tareas de escritor: ya en la redacción de los boletines diario y semanal del Ministerio de RR.EE. (VIII-1972), ya en los trabajos creativos para agencias de publicidad (desde 1972 hasta 1987), ya como colaborador en las secciones culturales de diversos diarios de Lima (1975-1976). En febrero de 1976 y en col. c. Antonio Cisneros, inicia el trámite que exigía el gobierno militar de entonces para autorizar la reaparición del semanario Monos y Monadas, fundado por su abuelo Leonidas N. Yerovi en 1905, gestión que fuera coronada por el éxito luego de 608 días de espera. Así, el 27-4-1978 volvió a las calles la publicación que desde tal fecha hasta mayo del 2001 ha superado las 530 ediciones bajo su dirección, constituyéndose en la revista satírica de más larga vida en la historia del periodismo peruano. Por sus agudas y risueñas críticas al régimen militar, el 13 de abril de 1979 la edición fue requisada y Nicolás Yerovi perseguido, y poco después, el 28 de mayo del mismo año, el domicilio de su director fue víctima de un atentado con bombas incediarias. Estos sucesos, en vez de arredrar a los periodistas, consiguieron el propósito contrario, aumentando el interés del público y la simpatía de la publicación. A sus colaboradores iniciales, Juan Acevedo, Lorenzo Osores, Luis Freire, María Zöllner, Salvador Velarde, Carlos Tovar, Rafael León, Luis Fernán Yerovi, Luis la Hoz, Mario Zolezzi, Eduardo Morel, Alonso Núñez, Mario Acha, Darko Dovidjenko, Estuardo Núñez Carvallo y Fedor Larco, fueron sumándose Víctor Hurtado Oviedo, Francisco Bendezú, Abelardo Sánchez León, Marco Martos, Susana Roca –quien asumió la función de Editora General-, César Calvo, Reynaldo Naranjo, Gino Ceccarelli, Jorge Luis Castillo, Javier Prado, Nebver San Martín, Carlos Crisóstomo y Mechaín Doroteo entre otros muchos escritores y artistas que le dieron brillo a sus páginas y alegría a sus lectores. Cabe mencionar que desde 1978, la publicación no ha contado con más auspicio que el favor del público, ya que dado su sardónico y mordaz cuestionamiento del poder establecido, careció de anunciadores, constituyendo así un caso sin precedentes en el periodismo nacional para una revista de tan larga como fecunda peripecia. Obtuvo el primer premio en los Juegos Florales Universitarios convocados por el Instituto Pedagógico de Santiago de Chile, con el ensayo Visitando una ciudad encendida (1974). Ha escrito y estrenado La Divina Comedia (1981) en col. c. Rafael León y Bienvenido amor (1983). Fue con motivo de la segunda temporada de esta última comedia que en 1983 funda con Susana Roca y Pablo Zumaeta el Grupo Teatral Monos y Monadas, el cual produciría y representaría las siguientes comedias, dirigidas y actuadas por los antedichos y otros actores y actrices invitados, así como por los directores José Enrique Mavila y Jorge Chiarella Krüger: Adiós amor (1984 y 1991), Hasta que la vida nos separe (1984 y 1991). Quiéreme así (1985), Un peruano en París (1986), Se casa Barrantes (1986 y 1987), Suave loco, suave (1987), Chochera (1988 y1989), El hombre que no podía dejar de reír (1990-1991), siendo ésta la comedia de autor peruano más representada de fines del siglo XX, contándose hasta 267 representaciones consecutivas y con la actuación del propio escritor, al igual que en Chino de risa (1991). Su labor como autor tetral continuó con El deseado (Greencard for a peruvian girl) (1992), Casi todos los peruanos van al cielo (1992-1993), Elogio de la vagancia (1993), escrita para el actor Hernán Romero y La señora presidenta (1994). Una experiencia escénica sin precedentes fue la que constituyó su comedia Una noche de sol (en armonía), que fue representada por única vez el 13 de octubre de 1999, contando con un elenco integrado por 40 personalidades del mundo intelectual, político y diplomático del Perú, quienes nunca antes habían actuado sobre un escenario. Algo similar sucedió con Robocopi cuya única presentación fue el 10 de diciembre de 1999, y en ella participaron escritores y periodistas sin ninguna experiencia histriónica previa, ambas escenificaciones fueron a beneficio de entidades culturales. En abril de 1992 el semanario Monos y Monadas fue clausurado por el gobierno de facto que encabezaron Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, el cual disolvió los poderes públicos elegidos libremente. Ante tal circunstancia y optando por permanecer en el país, Nicolás Yerovi fundo el Instituto Superior Leonidas Yerovi de Artes y Ciencias de la Comunicación en agosto de 1992, para la formación trilingüe de artistas y comunicadores sociales, entidad que dirigió hasta 1996 cuando determinó dedicarse íntegramente a escribir, actividad que nunca dejó del todo pues paralelamente a la edición semanal de Monos y Monadas, fue autor de la sección Jardín interior, publicada diariamente por el diario El Popular (1984), de El diario íntimo de Nicolás Yerovi, publicado semanalmente por el diario El Nacional (1985-1988), de La risa de Nicolás Yerovi, publicada semanalmente por el diario Ídolo (1989-1992), de La vida alegre de Nicolás Yerovi, publicada semanalmente por el diario La República (1993- 1995), de la columna Hagamos el humor con Nicolás Yerovi, publicada semanalmente por la revista Teleguía (1993-1994), de la columna Los años inmóviles, publicada semanalmente por el Suplemento del diario Expreso (1990-1992), fue fundador y director del diario en Buenos Días que alcanzó la pintoresca cifra de apenas once ediciones (1988). También incursionó en el periodismo radial, con el mismo estilo risueño y mordaz de su obra impresa, continuando la célebre y extensa labor de su padre, siendo autor del espacio El diario íntimo de Nicolás Yerovi propalado por Radioprogramas del Perú (1986-1991), de Nada nos impresiona, propalado por Antena Uno (1992-1994) y Radio Star (1994-1998). Asimismo ha colaborado con la columna Matices del diario El Comercio (1994-1998), ha publicado eventualmente crónicas, reportajes y artículos de opinión en los siguientes diarios y revistas de Lima: La Prensa, Caretas, El Comercio, Expreso, La República, El Caballo Rojo, El Búho, 30 Días, Ojo, El Nacional, Somos, Ideéle y Debate . Entre 1993 y 1999 fueron publicadas semanalmente sus memorias por entregas en la sección Opiniones del Miami Herald de Estados Unidos. Actualmente escribe y edita, desde hace ochentaicinco quincenas, los fascículos de su libro coleccionable La Verdadera Historia del Perú, siendo que hasta la fecha han visto la luz ocho tomos de esta obra. Adicionalmente, desde el 26 de diciembre de 1999, el diario La República publica diariamente una página de humor ambientada en el futuro, bajo el título de La Última de Nicolás Yerovi. Ha publicado también Los años inmóviles (1985) y una edición aumentada y corregida titulada Los años inmóviles. Memorias (1997), que “nos revelan a un Nicolás Yerovi tan lleno de amenidad y gracia como de ternura y poesía, un aspecto casi misterioso de su obra”. En represalia por sus audaces críticas al régimen autocrático encabezado por Fujimori y Montesinos, fue sancionado en 1999 por un organismo gubernamental y prohibida la publicación de su novela Más allá del aroma. Sin embargo, lejos de amilanarse y para aliviar la pena de esta injusticia, ha escrito y publicado su novela La casa de tantos (2001).
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que es ahora de este señor nicolas yerovi que hace por la vida que proyectos tiene para este año
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