domingo, 27 de noviembre de 2005

El origen Español de Walt Disney


La idea de que quizás no era norteamericano, sino el hijo ilegítimo de Isabel Zamora dado en adopción a los Disney, lo torturó toda la vida Disneylandia, un universo cerrado y exclusivo, donde lo artificial y aséptico es preferible a lo natural (sucio y salvaje) Walter Elias Disney nació casi con el siglo XX, en 1901, en Chicago. Aunque puede que no fuera así exactamente.
Se cuenta que, a pesar de ser un producto típicamente norteamericano, la procedencia de Walt era española, de algún lugar de Almería. Un dato que no ha podido ser comprobado, pero que alimenta la leyenda de un hombre que llenó de vivos colores la imaginación de millones de personas del siglo XX.
Sus dibujos (que quizás tampoco eran suyos) son todo un descubrimiento, una alegoría de la luz que puede aún disfrutarse en sus series o sus películas. Empezó de niño repartiendo periódicos, como buen self-made-man americano, y la idea de que quizás no era norteamericano, sino el hijo ilegítimo de José Guirao -un hombre casado- e Isabel Zamora, que emigró a América con la criatura, nacida en Mojácar, para darla en adopción a los Disney... lo persiguió y torturó toda la vida.
Hasta el punto de aceptar -según contó Marc Eliot en un libro- la propuesta de John Edgar Hoover, responsable del FBI en 1940, para convertirse en informador a cambio de que él averiguase su origen verdadero. Disney consintió la designación de mil amores. Ser espía de comunistas en Hollywood no le pareció nada mal. Tenía fama de ser ultraconservador. Incluso fundó la Alianza Motion Pictures para la Preservación de los Ideales Americanos.
Walt sentía debilidad por lo idílico, lo familiar, lo correcto, lo americano; de modo que no tuvo ningún empacho en participar en la caza de brujas que se llevó a cabo por entonces en la meca del cine, y que puso al Comité de Actividades Antiamericanas del Congreso al rojo vivo mediante un interminable desfile de testigos amistosos que pasaron por el rodillo de aquella infame ley a montones de colegas, acusándolos graciosamente de comunistas y antiamericanos y, de paso, arruinando sus carreras para siempre. Charles Chaplin, uno de los acusados, se vio obligado a abandonar el país, pero Walt se consoló diciendo que Estados Unidos estaría mejor sin aquel "pequeño comunista".
El Comité también le sirvió a Disney para hacer una personal regulación de empleo en sus estudios, abarrotados de dibujantes con propensión a la huelga, a la bronca laboral y al sindicato y un poco hartos de los míseros sueldos que les pagaba su patrón. Una de sus dibujantes, que sufrió represalias después de participar en una huelga en 1941, confesó que "la Disney se ha negado a reconocer el talento ingente que produjeron sus trabajadores en horas sin fin y a bajo precio. Merecemos que se nos reconozca en la pantalla cada vez que se reestrenen aquellas películas". Cierto: lo mejor de la Disney eran, y son, sus dibujantes.

Walt Disney, a pesar de estudiar Bellas Artes desde muy joven y de dedicar sus ratos libres, mientras luchaba en Francia en la I Guerra Mundial, a dibujar caricaturas... nunca fue demasiado buen dibujante que digamos. Ni siquiera, según parece, fue el creador del ratón Mickey Mouse. Si bien se le ocurrió la idea del personaje, sería Ub Iwerks, un amigo de su juventud, quien le diera forma definitiva, rehaciendo los bocetos del jefe.
Tampoco fue el autor del Pato Donald o Pluto, ni de muchos de sus famosos personajes. Walt era más bien un talento estimulando el talento de sus dibujantes e introduciendo novedades como el sonido, el tecnicolor y las cámaras multiplanos en sus películas animadas. De 1926 a 1928, Walt realizó una serie de dibujos, Oswaldo el conejo, para Universal Pictures. Steamboat Willie (Willie el Vapor, 1928), producida por su propia compañía, introdujo la aparición estelar de su primer personaje famoso, el ratón Mickey, además del innovador comienzo del cine sonoro en los dibujos animados.

Más tarde realizaría su serie de Sinfonías tontas -ignoramos si el título carecía de ironía-, cuyo primer episodio sería La danza del esqueleto (1929). Insertó el color en Árboles y flores (1932); sacó de algún sitio al Pato Donald en 1934 y dio un salto hacia el largometraje con Blancanieves y los siete enanitos (1937), el primero de dibujos animados de la historia, al que siguieron Pinocho (1940), Fantasía (1941) y Bambi (1942).
La carrera del mago de la fantasía había despegado con fuerza hacia el estrellato. Ya no habría marcha atrás. El cielo era el límite. La compañía produjo incluso documentales como El desierto vivo (1953) o Los secretos de la vida (1956), y a comienzos de los años cincuenta se atrevió hasta con películas de aventuras con actores reales, como La isla del tesoro (1950), Robin Hood (1951), El extraño caso de Wilby (1959), Un sabio en las nubes (1961) y Mary Poppins (1964), además de Peter Pan (1953) y Merlín el encantador (1963).
Walt Disney se había convertido ya en una factoría, una marca de fábrica, símbolo de buenas intenciones, ideales decentes y americanos que, basándose sobre todo en el imaginario popular y en los cuentos clásicos, teñía de formas redondeadas, dulzonería y color las historias más terribles y desdichadas, a menudo acompañadas de composiciones musicales muy al gusto de la época.
A pesar de que Walt tenía un olfato increíble para detectar los gustos del momento, su película Los tres cerditos, de los años treinta, no gustó en un principio, o por lo menos no complació excesivamente a la distribuidora. A pesar de ello, tuvo éxito. Aquellos cerditos de formas torneadas y pulidas le transmitían al espectador exactamente lo que debían, y el malvado Lobo era un prodigio cuya visión, encantadoramente terrorífica, no dejaba a nadie indiferente. Lo cierto es que una, cuando era niña, sentía una extraña debilidad por los personajes "malos" de la factoría Disney.
Tenía la inquietante sensación de que sin ellos jamás habría ninguna historia importante que contar. (Una idea que, bien pensado, es atroz, pero quizás muy sensata... aunque sólo sea narrativamente).
En 1955, Walt Disney Productions inauguró un parque gigantesco, Disneylandia, en Anaheim, California. En él, la reconstrucción histórica y la imaginería infantil cobraron cuerpo con minucioso detalle.
Las atracciones eran impresionantes y al poco lo convirtieron en un foco turístico de primer orden. (En vista del éxito, pronto abrió sus puertas Disneyworld, cerca de Orlando, Florida, en 1971, y más recientemente, Eurodisney, en las proximidades de París). Sí, Walt también fue el inventor del primer gran parque temático de la Tierra.
Disneyland es un modelo que se ha reproducido a escala mundial con tal fortuna que todo tipo de turismo se plantea hoy día en los términos de un parque temático; cualquier lugar del planeta susceptible de recibir visitas turísticas se organiza a la manera del viejo Disneyland: como un universo cerrado y exclusivo, donde lo artificial y aséptico es preferible a lo natural (sucio y salvaje), un microcosmos ordenado e inofensivo, subyugador, enfocado a fabricar un tiempo ilusorio interminable.
A la medida de la familia y del tipo de vida americanos en los que Walt Disney creía con toda su alma. Y es que la familia tuvo una gran importancia en la vida de Walt. Su hermano Roy Disney fue el báculo sobre el que se apoyó siempre, además de su socio, y se lo consintió todo, por ejemplo que cambiara en 1925 el nombre Disney Brother's Studios por el de Walt Disney Studio, a pesar de haber fundado juntos la empresa.
La única vez que Roy le falló a su hermano fue cuando él y Walt vivían juntos como dos solteros de la época. Un día Roy se enfadó por una menudencia y se fue de casa, dejando al pobre Walt solo. Walt era un incompetente que no sabía ni hacerse la cama, así que optó por casarse tres meses después del abandono de su hermano. Pidió en matrimonio a una de sus empleadas, Lillian Bounds, que estuvo encantada de aceptar la oferta, pillándola al vuelo. (Normalmente, el jefe no solía ser tan generoso con sus empleados).
Roy protegía a Walt cuando éste era un niño con tendencia a hacer enfadar a su padre, y siguió amparándolo hasta el día de su muerte: él fue la última persona que estuvo a su lado antes de que expirara por culpa de un cáncer de pulmón. Walt Disney fumaba como un carretero, también bebía y tomaba pastillas para dormir. Era un insomne irredento. Quizás porque no dejaba de pensar, como él mismo confesó en una ocasión, que "resulta patético que le recuerden a uno por haber creado un ratón".
fuente: EL PAIS

Apostillas de LaNuez
1) La mencionada señora Isabel Zamora trabajo en casa del hogar de los Disney como empleada domestica, alguna version señala que esto fue una de las tipicas trastadas del padre de Walt que era un atolondrado y muy dado a soñar con negocios increibles que nunca se concretaban, por lo cual el y sus hermanos pronto tubieron que aportar par el sostenimiento de la casa.Mucha gente al respecto de la señora Zamora cita como prueba el hecho que nunca se separara de ella incluso ya famoso y rico.

2)En cuantos a si los dibujos eran o no suyos es sabido que el dibujo animado es un trabajo en equipo, no obra de un solo hombre si de produccion comercial se trata, Walt era un promotor, inspirador y que tenia la virtud de encontrar siempre lo mejor de cada artista en servicio de la pelicula en la que estubieran embarcados, Walt dibujaba pero dibujar y dirigir son tareas que necesitan cada una la concentracion debido por lo que no seria raro que engendrada la idea alguno de sus dibujantes lo plasmara, cuando dicen que Ub Ikers dibujo la primera apariencia de Mickey no deja de ser cierto como parte del aludida distribucion del trabajo dentro de un estudio. Quiza si mas criticable el hecho de que en un inicio las peliculas no colocaran los creditos del equipo, al igual que en los comics pues solo aparecia como "Walt Disney producciones" solo despues por ejemplo se conocio al genio creador d elas mejores historias del Pato Donald Carl Barks.
3)El punto mas negro de la historia de Disney es pues cuando crea la Alianza Motion Pictures y se convierte en informante de Hoover para la persecucion fascista de la caceria de brujas al mando del senador McCarthy, el libro "El principe oscuro e Hollywood" un libro de Marc Elliot presentado como biografia no autorizada saca a la luz no solo la relacion entre Walt y el FBI sino que tambien desliza ser un alcholico, fumador empedernido y aun mas seriamente lo acusa de estar asociado a la mafia. Vale aclarar que Elliot tiene serios cuestionamiento por sacar esta biografias no autorizadas y que han revolcado las imagenes de Enrique Ford y Carlos Lindbergh el asunto es que ninguno pudo defenderse pues todos habian fallecido ya. Aun asi la propia gente que trabajo al lado de disney si cuentan que era un explotador a la hora de trabajar y que mas de uno renuncio ante el hecho de no poder firmar su trabajo.
4)La lucha contra el sindicato de animadores fue otras de las tantas escaramuzas que se daban en el negocio cinematografico al igual que en los sindicatos de transportes, Disney tenia pesima experiencia pues ya habia sucedido un problema anterior donde su distribuidor se apropio de los derechos de "Oswald el conejo aortunado" y de muchos de sus principales animadores, que dicho sea de paso fueron formados dentro de los estudios Hyperion, por eso cuando Art Babbitt pretende organizar un sindicato estalla el conflicto y los animadore se van a la huelga poniendo en peligro la produccion. Tambien es famosa la pelea con Walter Lanzt el creador del "Pajaro Loco" que encabezo el equipo que salio junto con "Oswald el conejo".
5)En cuanto a la produccion de los "Tres cerditos" como el articulo lo cita no es correcto, no por gusto este corto fue el de la consolidacion de los estudios Hyperion, la gente tomo como un mensaje de lo que sucedio con la gran depresion economica (El lobo) y los tres cerditos en particular con el cerdito practico que hace la casa de ladrillo como un mensaje para estimular el ahorro y una economia sana , lo cierto es que todo el mundo le pedia que continuara haciendo cortos con estos personajes, pero el prefirio buscar nuevos temas. El negocio economico manejado por Roy muchas veces tubo altibajos por la manipiulacion y absoluto control de las distribuidoras, que pagaban irrisoriamente muchos de estos cortos a pesar de recibir mayores ingresos por ellos, pero para el momento del exito de los tres cerdito la empresa empezo a poder controlar mejor los tratos con las distribuidoras.
Finalmente Walt Disney es recordado por su aporte inmenzo en el desarrolo de la animacion como una industria que aparte de generar dinero ha tratado de enviar un mensaje de unidad familiar que ayudo a consolidar a mas de una generacion. En su caso solo quiza recordar que "hay que tener cuidado cuando se escupe hacia el cielo".
LaNuez

4 comentarios:

  1. Anónimo5:05 a.m.

    super interesante la neta oye pero yo sabia que walt disney era CATALAN y que si era español y que de pequeño fue a vivir a eeuu en fin esta muy bien tu escrito bye byeeeeeee

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  2. Anónimo2:00 p.m.

    Salvador Dalí (que fue amigo de Walt Disney) dijo en una ocasión que Walt le había confesado que era español. Y en una entrevista al propio Walt Disney le preguntaron si era cierto que era español, y él contestó: "Quién sabe...". La verdad hace sospechar porque si de verdad no lo eres ¿porqué dices eso? Sinceramente me gustaría que se mostrara que fue español, más que nada para ver que cara se les pone a los americanos XDD.
    Muy bueno el post, sigue así
    Saludos!
    Lucía

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  3. Raquel y Fantasía3:23 p.m.

    Vamos a ver... cómo podemos decir que W. Disney era español si, según yo, donde vivió, hizo su carrera y demás lo hizo en EE.UU.? Es un poco chorra el decir que Disney era español. Y respondiendo a Azul... lo de que W.D. era catalán si que es una gran chorrada, sin ofender, pero que anda que lo que se escribe sobre el mejor director de películas infantiles es para reírse.

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  4. Es curioso que cuando se trata de habalr de espías comunistas, a ellos se les perdona y no es un pecado, no es un acto de salvajada ser espía a favor de una dictadura totalitaria. Hablan de todos los anticomunistas como si ellos fueran la encarnación del mal. Eso es obra de los banqueros internacionales que han financiado el comunismo y el liberalismo desde Londres a Nueva York. Ser anticomunista es positivo, considerar el comunismo una ideologia totalitaria es lo lógico, no tener ideas de izquierda es saludable. Por qué tener miedo a la verdad?

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