jueves, 27 de marzo de 2008

"Y se marchó sin un adios, que se vaya , que se vaya..."


Javier Valle Riestra en un rapto de razón y desprendimiento a decidido pedir su renuncia al congreso otorongo, argumentando que no ha podido cumplir con sus promesas electorales, si todos fueran coherentes en ese sentido Alan tendría que ser el primero en renunciar. Este asunto tendrá aun para largo pues el cargo de congresista es irrenunciable cuando quizás en la practica no solo debería ser renunciable sino revocable por el pueblo si después de un tiempo prudencial el congresista no cumple ni con sus promesas o su actuación es deficiente, por emplear un término digamos amable.

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