La policía dijo que habían detenido a cuatro hombres y tres mujeres en los condados de Waterford y Cork, en el sur del país, dentro de una investigación sobre "conspiración para asesinar a un individuo en otra jurisdicción".
Los agentes declinaron entregar más detalles sobre los sospechosos, excepto que sus edades oscilaban entre los veintitantos y los cuarenta y tantos. Pero la cadena nacional RTE dijo que los detenidos procedían de Marruecos y Yemen.
Una fuente de seguridad confirmó la información de medios locales sobre que el supuesto complot investigado tenía como objetivo matar a Lars Vilks. Un grupo iraquí vinculado a Al Qaeda ofreció en 2007 una recompensa de 100.000 dólares desde 2007 por su muerte.
"Se entiende que todos (los sospechosos) tienen estatus de refugiados y están legalmente en el país", dijo la RTE en una noticia en su sitio web.
Vilks le dijo a la cadena sueca de noticias TT que ha recibido llamadas amenazadoras de Somalia y que está preparado para atrincherarse en una habitación segura si los atacantes intentan entrar en su casa por la fuerza.
"Me he preparado de diferentes maneras y tengo un hacha aquí por si alguien intenta entrar por la ventana", dijo a TT, añadiendo que había sido informado por los servicios de seguridad suecos de las amenazas contra él.
Una portavoz de los servicios de seguridad, responsable de afrontar las amenazas terroristas, señaló que las autoridades suecas conocían las detenciones antes de que se hicieran públicas, pero no pudo ofrecer más detalles.
En enero, un hombre somalí fue acusado de terrorismo e intento de asesinato por irrumpir en la casa del caricaturista danés Kurt Westergaard y amenazarle con un hacha.
Una caricatura de Westergaard en 2005 con que mostraba a Mahoma con un turbante con forma de bomba despertó la indignación en el mundo musulmán, con al menos 50 personas muertas en disturbios en Oriente Medio, Africa y Asia.
La mayoría de los musulmanes considera ofensivo cualquier retrato del fundador del Islam.
La policía irlandesa dijo que habían trabajado en estrecha colaboración con las agencias de cumplimiento de la ley en Estados Unidos y varios países europeos.
(Reporte de Andras Gergely en Dublín y Nick Vinocur en Estocolmo; Traducido por la Redacción de Madrid; Editado por Ricardo Figueroa)
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