En 1971 un joven interno de medicina humana con grandes dotes artísticas, ganaba un concurso convocado por el diario Decano "El Comercio", el premio era ver publicada su historieta dentro de las páginas del diario más vendido y respetado del país, ese muchacho y ahora médico neurologo se llama Javier Flórez del Águila y la historieta que le presentó resultó siendo una de las mejores historietas de aventuras afincadas en el oriente peruano, "Selva Misteriosa".
Hernán Bartra y Juan Osorio un año antes bajo la dirección del Obispo del Callao Monseñor Ricardo Durand editarían la revista de historietas Avanzada una rara avis dentro de las publicaciones peruanas tanto por su duración (53-68, 190 números) como por cantidad de 20 mil ejemplares en su mejor época.
La historia de la Historieta peruana querido lector siempre ha estado llena de conjunciones, si usted quiere astrales, donde diversos hechos que parecen inconexos confluyen para cambiar ciertos destinos. Así lo pudo comprobar el joven estudiante de medicina Javier Flórez del Águila cuando un anterior conocido en Iquitos vuelve a cruzar caminos con él.
“El es Rubén Osorio de quien te hable el otro día”, me dijo. Y Jovial como es él, añadió -Le decimos “Oso”.- Oso estrechándome la mano me disparó a quemarropa- “Hernán dice que dibujas ¿quieres dibujar en “Avanzada”?”.
Javier Flórez del Águila(*) ya se planteaba si optar por dejar a un lado sus estudios de medicina para entrar con todo a la profesión de dibujante pero un una fractura en el dedo jugando para la Universidad le planteo la posibilidad de que dedicarse al pincel podría no tener cura en cambio la medicina, ya ustedes saben, es más aun si eres dibujante en este país es preferible romperse la pierna antes que machucarse una mano.
Una Selva Misteriosa…
Mario Lucioni, investigador acucioso de la Historieta Peruana recuerda un hecho que será fundamental en la génesis de la obra cumbre de Flores del Águila:
“En el período en que la serie es continuada por Javier Flórez del Águila (El Padre La Fuente), se publica un episodio (*)que demuestra una seriedad de empeño que sólo tiene paralelo (en nuestra historieta clásica) en los trabajos de Demetrio Peralta: por una lamentable serie de equívocos, una tribu masacra a una familia de colonos blancos, de la que sólo se salva el hijo. Narrativamente ejemplar, el drama aparece, terrible, casi inopinadamente, en medio de una historia iniciada con alegría solar y finalizada en un clima de fatalismo, sin salvatajes de último minuto. Los indígenas no asumen el rol de malos, pues sólo hacen lo que, en las circunstancias, creen que deben hacer. Así, es el tema de una tolerancia difícil el que se ofrece al joven lector.(*)La historieta a la que se refiere Lucioni es una adaptación de la novela de Arturo Hernández “Selva Tragica”.
Javier Flórez del Águila, por su parte, quedará ligado al paisaje de la selva desde este espléndido episodio.”
Selva Misteriosa aparece en 1971 a través de un concurso convocado por El diario El Comercio.
Se trata de una historia de aventuras que no solo tiene a la Selva como marco, su presencia es protagónica o mejor dicho antagónica, ignota, enmarañada y llena de trampas mortales para quienes la habitan que muchas veces parecen ser devorados por su espesura. Javicho el protagonista de las aventuras no es un héroe común para esa época pues tiene opinión para comentar sucesos como el descubrimiento del petróleo en la Selva, la situación de los caucheros o la junta militar que usurpaba el gobierno encabezada por el General Velasco Alvarado, además de mostrar por primera vez en la historieta peruana un embarazo y posterior nacimiento, esto lo hacía mientras vivía trepidantes aventuras con una galería de villanos nacida de sus estudios en medicina, así encontrábamos un enano monoplásico, un bizco, un gigante hipofisario por supuesto también tendría algunos villanos de rostros angelicales pero de negros corazones, a nivel gráfico Selva Misteriosa es pletórica en claros oscuros, viñetas panorámicas, siempre con un dibujo notable de un estilo moderno y muy suelto, manejando un pincel #3 y 5, en el tamaño estándar de la tira cómica clásica americana(54x17cms.) y un prolijo manejo de detalles en vestidos, construcciones , plantas y animales que denotan un amor por la documentación que también se vería el la posterior historia de “Otorongo” que publicará en la revista Equis.
Por otro lado su manejo del timing narrativo que alterna viñetas apaisadas como largos silencios para luego dar paso a viñetas cortas y rápidas, una sabia composición tanto al interior del cuadro como en su conjunto muestran a las claras a un historietista maduro, que medita y planifica muy bien su relato. Características que lamentablemente no se han vuelto a repetir con frecuencia dentro de la historieta peruana, mas amiga de los relatos cortos, con personajes lineales que saltan de una acción a otra acción y evitando la documentación como si de la “gripe porcina” se tratara.
Selva Misteriosa es una historieta que tiene no solo valor como retrato de una época, su valor reside como en la buena literatura en su excelencia como narración grafica que la hace un clásico, y que por derecho propio debería de llegar nuevamente a los lectores.
Javier Prado
(*)Actualmente el Dr. Javier Flórez del Águila (1934) es un reconocido Neurólogo especializado en problemas de audición y lenguaje, catedrático e investigador unido a su talento como historietista nos trae a la mente a los hombres ilustrados del renacimiento y que aún tiene mucho para dar a la historieta nacional.
Es además autor de la tira cómica Misia Jesusita (1954), Capitán Alas (1958), El Señor Psiq (1960), El Otorongo (1970) y Selva Misteriosa (1971).
Bibliografía:
-Revista Latinoamericana de Estudios sobre Historieta, vol 2, no. 8 (diciembre de 2002), pp. 203-218.
-Historietas para Recordar III, folleto de la muestra homenaje a Osito Monky, 2006, Nagra Comics.
-Entrevista a Javier Flórez del Águila por Renso Gonzales, Carboncito#07 , 2004.
Siempre lo he dicho, Javier Flores del Aguila es desde mi perspectiva , el mejor y mas completo historietista del Perú
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