Un chiste puede costar muchas vidas
El humorista argentino sostiene que abordar temas étnicos y religiosos es muy complicado en la situación actual, por eso hay que actuar con responsabilidad.
-El humor es un fenómeno diferente, en los países musulmanes hay una rabia desatada por las caricaturas de Mahoma.
Es un tema complicado. Leía una nota de Fernando Savater defendiendo la libertad de expresión a todo nivel. Pero creo que una cosa es lo ideal y otra lo posible. En este momento todo el mundo islámico está muy susceptible, muy herido, entendiblemente se siente atacado. Abordar temas étnicos y religiosos es muy complicado. Más todavía en este momento y en esta situación. Hay que tomar en cuenta los problemas que puede generar. Hay que ser muy cuidadosos y actuar con mucha responsabilidad. Por mejor que sea un chiste que uno o un diario tenga ganas de publicar puede costar la vida a mucha gente. Eso ha sucedido y eso merece un tratado de sentido común muy cuidadoso antes de publicar.
-¿Hasta qué punto un caricaturista puede herir susceptibilidades individuales y/o nacionales?
En principio el humor está siempre en contra. Es difícil hacer humor a favor. Definitivamente creo que todo parte del sentido común del humorista así como del diario que publica los trabajos. Mientras la situación sea de crisis, como las que atraviesan nuestros países habitualmente, es muy propicio para el periodismo. Para el humorista aun más porque se basa en actuar en contra de algo.
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