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lunes, 12 de septiembre de 2005

DENUNCIA




DENUNCIAMOS ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA EL ATENTADO CONTRA LOS DERECHOS HUMANOS, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y LA PROPIEDAD INTELECTUAL PERPETRADO POR EL ESTADO PERUANO EN AGRAVIO DE NICOLÁS YEROVI

Los abajo firmantes, periodistas, intelectuales, escritores, artistas y público lector de la fecunda obra de Nicolás Yerovi, manifestamos públicamente nuestra indignación y repugnancia por el atentado contra los derechos humanos, la libertad de expresión y la propiedad intelectual perpetrado por el Estado Peruano en agravio del reconocido escritor, cuya novela Más Allá del Aroma ya lleva siete años censurada por el Estado.

Por si esto fuera poco, Nicolás Yerovi ha sido acusado penalmente por el ‘delito’ de escribir su propia obra, tiene sus cuentas bancarias embargadas, recibe amenazantes correos electrónicos de la mafia, ha sido declarado como persona no digna de crédito sin tener deudas y ha sido multado por haber denunciado pública y permanentemente a la cleptocracia cuya red de sirvientes todavía subsiste en el poder.

Prueba de ello es que en el colmo de la audacia y constituyendo un verdadero insulto a la inteligencia, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema, el pasado mes de mayo del 2005, le ha negado al celebrado autor el derecho a publicar su obra.

El 30 de diciembre de 1998 la policía incautó una edición ilegal y mutilada de la novela de Nicolás Yerovi. El 5 de febrero de 1999, el pirata reconoció que Más Allá del Aroma era una novela de Nicolás Yerovi y se comprometió a no publicarla ni comercializarla nunca más. Lo único que faltaba definir era la indemnización que tanto el autor como su casa editora, PEISA, recibirían del delincuente por daños y perjuicios.

Fue aquí que apareció la mano del corrupto Vladimiro Montesinos, cuyos crímenes el autor ha denunciado centenares de veces. Entonces, por arte de magia y sólo para los burócratas nombrados por la dictadura en el INDECOPI, Yerovi dejó de ser víctima para convertirse en victimario, así como el confeso pirata pasó a convertirse en autor.

Desde entonces han transcurrido 45 meses de una tinterillada infame y a la fecha no sólo el afamado escritor y la prestigiosa editorial PEISA no han podido poner en manos del público una obra de gran importancia para la literatura peruana, sino que además, el mal llamado Tribunal de Defensa de la Propiedad Intelectual, dictaminó a favor de esta infamia. No contento con eso, sancionó al director de Monos y Monadas alegando, para ello, la verdadera razón de toda esta inmundicia:

"La Sala ha podido apreciar que el denunciado a través de los medios de comunicación escritos -Diario la República- ha pretendido burlarse y ridiculizar las decisiones del INDECOPI así como de los funcionarios que las expidieron, llegando a poner en tela de juicio la objetividad e imparcialidad con que actúa la Autoridad administrativa. Tales circunstancias serán tomadas en cuenta al momento de fijar la multa".

Esta confesión de parte, pésimamente redactada, releva de cualquier otro comentario.

Respecto de esta vileza, la Defensoría del Pueblo se pronunció públicamente en oficio dirigido al Tribunal de INDECOPI el 15 de febrero del 2001. Sus concluyentes argumentos de hecho y de derecho fueron ignorados.

El gobierno del presidente Valentín Paniagua, en vista de tan grosero atentado contra los derechos humanos, destituyó a estos empleados públicos nombrados por la mafia, quienes no sólo nunca defendieron a los autores y editores nacionales, sino que, además, protegieron abiertamente a un delincuente con el fin de hostigar y perseguir a un valeroso enemigo de la corrupción que gobernó el país y firmó sus nombramientos.

No obstante todos estos antecedentes, incluyendo un nuevo informe de la Defensoría del Pueblo de fecha 2 de junio del 2003, es ahora la Sala Civil de la Corte Suprema, integrada por gente de muy cuestionada trayectoria, la que busca amedrentar, acosar y sancionar al célebre escritor, emitiendo un fallo indignante.

La opinión pública y los organismos defensores de los Derechos Humanos y la libertad de expresión se pronuncian de esta manera, enérgicamente, ante la infamia que se pretende consumar contra Nicolás Yerovi, un escritor que durante el último cuarto de siglo ha brindado lo mejor de su talento y su alegría a los peruanos, en la época más sórdida y aciaga de la vida nacional.


Lima, 12 de setiembre de 2005

NOMBRE: DNI


Las personas que deseen adherirse a esta protesta cívica pueden remitir su nombre completo y su DNI a esta dirección electrónica, para remitirlos a la Sala Constitucional de la Corte Suprema que ahora ve la causa y, de ser preciso, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

PD: Esperamos su apoyo difundiendo esta nota de protesta entre sus amigos y contactos de email.
Remitan sus adhesiones con copia a javierpradob@hotmail.com, y nicolasyerovi@hotmail.com

1 comentario:

  1. Anónimo6:43 p.m.

    Recuerdo cuando en épocas de Fujimori muy joven yo compraba la República de Gustavo M, Llona y lo hacía tambien por el gusto de Leer a la Última de Nicolas Yerovi y me parecía una manera divertida y eficaz de protestar, q pena q le pase esto...

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