Las torturas son por lo general lentas y van cambiando a lo largo de la historia. La lentitud, el dolor y la invisibilidad son los atributos que mejor definen a la tortura. Las hay tremendas y horribles como las sufridas en Guantánamo por los presos del ejército norteamericano en sus últimas guerras o las que sufren determinados colectivos en países no muy lejanos. Las hay pequeñas y cotidianas, como los horarios repetitivos y monótonos del trabajo, como la agonía de estar en paro, como la halitosis en la pareja o como el recibo hipotecario mensual. Y las hay grandes y extensas en el tiempo, como al que le toca un jefe / familiar / expareja / pon-aqui-lo-que-quieras, que tiene como objetivo amargarse la vida a sí mismo/a y a los que tiene alrededor. Para todos ellos y para vosotros, sufridores torturados, llega este ESTAFADOR especial TORTURA… (va, va&hell ip; no os quejéis que las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina).
El Estafador #94
Javirroyo-el-tortura-dibujantes
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